Los integrantes de la comunidad LGBTQ enfrentan conflictos similares a los de otros grupos humanos. Sin embargo, difieren de ellos por la peculiaridad y gravedad de algunos problemas atípicos: aquellos que son ajenos a quienes la sociedad considera vagamente como "normales". Estos "problemas atípicos" - de no ser resueltos por los miembros de la comunidad LGBTQ - les traen desdicha y disfunción en sus vidas.


Respecto a esos "problemas atípicos", la tarea de los miembros de la comunidad LGBTQ es simultáneamente simple y compleja.

La simplicidad consiste en que cada individuo debe entender y mejorar su realidad "atípica". Es importante no temer a la diferencia; ni tampoco creer que ésta lo hace peor ni mejor que nadie.

La complejidad consiste en que cada integrante de la comunidad LGBT tiene un problema único y personal que resolver; pero sin olvidar que debe ser parte funcional en el devenir social general de la sociedad donde vive.


"Si presta atención cuidadosa a su entorno, percibirá que aceptar su propia diferencia realmente significa estar a tono con la diversidad de éste. Si desea conscientemente identificarse con ese entorno, contribuya al mejoramiento de éste por medio del suyo propio."
Oliverio Funes Leal

" SI LA NATURALEZA PONE UNA CARGA EN UN HOMBRE HACIÉNDOLO DIFERENTE, TAMBIÉN LE DA UN PODER CON ELLO ”

John Fire Lame Deer líder espiritual Sioux de la Tribu Lakota



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¿Cuándo es la ira abuso?

PREGUNTA: Vengo de una familia de italianos ruidosos de la clase obrera que dice lo que siente cuando sentimos algo. La familia de mi novio es de la clase media superior de Nueva Inglaterra, que nunca levanta su voz, dice nada “inadecuado”, o directamente expresa ira. Grito y alzo la voz cuando estoy enojado, y entonces me olvido de todo. Nunca me pongo violento ni nada así, pero mi novio me dice que lo asusto. Quiere que vaya a una clase para manejar mi ira, para dejar de ser “abusivo.” Yo no quiero acabar siendo completamente cortés y de buen gusto como su familia, y le digo que necesita parar de estar tan asustado de los sentimientos honestos. ¿Cuál de nosotros tiene la razón? 

RESPUESTA: Generalmente, cuándo las parejas no concuerdan, la solución no se encuentra determinando quién tiene la razón, o quién está equivocado, sino encontrando modos de estar juntos que funcione para ambas partes. Si su novio le tiene miedo, es un asunto importante a resolverse, quizás en una consejería de parejas; pero usted también tiene derecho a expresar libremente sus sentimientos sin tener que contenerlos, o sentirse coaccionado. Quizás ayude si ustedes exploran juntos el asunto de cuál es la diferencia entre ira y abuso.

Aunque a menudo tenga mala fama, la ira es algo que todos experimentamos. Es una respuesta natural y sana a una amenaza o injusticia percibidas. Cuándo las personas están enojadas, ellas actúan enojadas. A menudo hablan con voz levantada, con gestos entusiasmados, y con una cara roja, y nada de eso es intrínsecamente destructivo o abusivo, siempre que las expresiones estén intencionadas para comunicar ira y no para amenazar o intimidar. Es enteramente posible expresar ira con pasión, mientras manejamos nuestro genio y estamos conscientes y respetuosos de la otra persona.

El abuso es muy diferente. Mientras está asociado con la ira, su fuente verdadera es el deseo de controlar y el poder. Cuándo las personas son abusivas, raramente es porque “no pueden controlar su genio.” La mayoría de las personas que son abusivas con otras – sea que el abuso toma la forma de agresión física, emocional, o sexual (o todo lo de arriba) – no están “fuera de control” en lo absoluto. Típicamente, actúan deliberadamente y con el conocimiento completo de lo que están haciendo. Hacen lo que hacen porque piensan que están justificados en hacerlo. Pueden creer que su género, estatus, raza o sistema de creencia les permite más poder que la otra persona o grupo de personas. O pueden sentir tal falta de poder y control, en un nivel personal, que tratan de compensarlo intimidando a otros.

Las personas que son abusivas generalmente abusan sólo a personas en grupos específicos, como compañeros íntimos, niños, o personas de carreras, religiones u orientaciones sexuales diferentes. Escogen a personas que tienen menos poder o estatus, en la casa o en la sociedad; lo que a menudo significa que su conducta abusiva es tolerada, ignorada, o tiene consecuencias mínimas. Pueden estar verdaderamente enojados con estas personas, pero escogieron actuar sobre ello con tácticas abusivas; mientras “manejan” su ira con aquellas personas a quien ellos perciben como teniendo igual estatus o más grande, o cuando pudiera haber consecuencias graves a su conducta.

Aquí están unas pocas maneras de distinguir entre ira y abuso. La ira informa a otros acerca de nuestras propias necesidades y sentimientos por medio de declaraciones del “yo”: abuso es acerca de rebajar, acallar, intimidar, y amenazar a otros por medio de declaraciones del “tú”. La ira pide atención, responsabilidad, enmendación, y restitución: abuso busca venganza, castigo y humillación. Las personas enojadas poseen y expresan sus propios sentimientos: personas abusivas exportan su propio temor a otros. La ira procura señalar y resolver problemas: abuso es acerca de abrumar y ganar. La ira trata con el asunto presente: abuso es más a menudo el resultado de una acumulación de asuntos pasados y rabia colocada fuera de lugar. La ira es completamente coherente con el amor porque apunta a la comprensión y la conexión más profundas. Mueve hacia el otro. El abuso es motivado por temor y odio, y por los movimientos contra el otro. La ira es generalmente un estallido breve y termina en resolución: abuso surge de un fuego que arde de resentimiento, de amargura, y de revancha que nunca es satisfecha. La ira apropiada, sobre todo, es siempre no violenta, segura, y en control: abuso es amenazante, peligroso, y a veces violento.

Sugeriría que, después de considerar la descripción de arriba, se pregunte a sí mismo cuáles son sus intenciones cuando expresa ira. ¿Cuándo está enojado, es usted acerca de comunicar sentimientos y resolver asuntos, o es su intención verdadera conseguir lo que quiere intimidando y abusando? Si lo último es la verdad, aunque sea parte del tiempo, entonces el temor de su novio tiene alguna justificación. Él, en cambio, quizás se pregunte qué expresiones de la ira suya no lo asustarían. Si no hay ninguna, entonces por lo menos algunos de sus temores no pueden haber venido de una verdadera percepción de peligro, sino, como usted sugiere, de una respuesta fóbica al enojo en general. El también quizás se pregunte si su objeción a su ira es siempre verdaderamente auto protectora; o si es, a veces, una tentativa pasivo-agresiva de manipularlo y controlarlo a usted. Ningunas de estas posibilidades son una u otra alternativa. Las relaciones son complejas, y a menudo la verdad es ambas/y.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
Website: tommoon.net

Matrimonio y orgullo

Ahora que el matrimonio del mismo-sexo es legal en un segundo estado (al momento son más estados), y centenares de parejas se casan cada día en todas partes de California, quizás sea un momento bueno de resumir brevemente lo que las investigaciones muestran acerca de la viabilidad de las relaciones gay. El escepticismo acerca de nuestras relaciones abunda todavía tanto entre los gay como entre los heterosexuales. Esta es un área donde la homofobia sin examinar permanece poderosa. Todavía oímos que las relaciones gay nunca duran, o que no funcionan porque todos somos demasiado inmaduros, impulsivos, egocéntricos, o autodestructivos para manejarlas. Así lo escribió el moralista conservador William Bennett “Es importante decir públicamente lo que la mayoría de nosotros cree en privado, que el casamiento entre un hombre y una mujer es preferible, en todos los aspectos, al casamiento de dos hombres o dos mujeres.” ¿Realmente? ¿Qué muestran realmente los datos?

En dos estudios publicados temprano este año, por la Asociación Psicológica norteamericana, la noción que las relaciones comprometidas de mismo-sexo son “atípicas psicológicamente inmaduras, o contextos malévolos de desarrollo, no fueron apoyadas por nuestras conclusiones,” escribió el reconocido autor Glenn I. Roisman, PHD. “Comparados con individuos heterosexuales casados, gays comprometidos, tanto de hombres como de lesbianas, no estaban menos satisfechos en sus relaciones… Se encontró que las parejas del mismo-sexo estaban tan comprometidas en sus relaciones románticas como las parejas heterosexuales.” De hecho, “alguna evidencia surgió de que las parejas lesbianas eran especialmente efectivas en resolver conflictos” y “parejas del mismo sexo reportaron más sentimientos positivos hacia sus parejas, y menos conflictos, que las parejas heterosexuales casadas.”

Uno de los expertos más respetados en matrimonio, en América, es el Dr. John Gottman, autor de The Seven Principles for Making Marriage Work. A menudo recomiendo este libro a las parejas gays en conflicto, aunque fuera escrito para una audiencia heterosexual, porque su consejo es práctico y basado sólidamente en investigaciones. Gottman concluyó recientemente un estudio exhaustivo de 12 años sobre las relaciones del mismo-sexo. Algunas de sus conclusiones: 1) La satisfacción general en las relaciones es más o menos la misma en todos los tipos de parejas (heterosexuales, gays, lesbianas); 2) Tanto las parejas gays, como las lesbianas son más decididas ante los conflicto, y utilizan más cariño y humor cuando enfrentan un desacuerdo; 3) Las parejas gays y lesbianas utilizan en los conflictos menos tácticas controladoras, y emocionalmente hostiles, que las parejas heterosexuales; 4) Las parejas gays y lesbianas, en general, son mejor en calmarse y apaciguarse el uno al otro después de un conflicto. Parece que nuestras relaciones no sólo no son mediocres, sino que tenemos realmente unas pocas cosas que podemos enseñar a las personas heterosexuales acerca de cómo manejarlas.

¿Pero nuestros casamientos duran? ¿No nos separamos siempre después de unos seis meses? Darren Spedale, un estudiante de leyes y negocios en la Universidad de Stanford, que estudió las tasas de divorcio en Dinamarca en 1996-97, siete años después de que las asociaciones registradas del mismo sexo fueran legalizadas allí, encontró que el 17 por ciento de asociaciones gays terminaban en divorcio, comparado con el 46 por ciento de las relaciones heterosexuales. “Parejas del mismo-sexo, que entran en relaciones de tipo matrimonial, les han dado obviamente mucho más pensamiento” comentó. “Muchas de ellas, en general, han tenido relaciones más largas antes de atar el nudo.”

Un desafío frecuente a la legitimidad de las relaciones gays, achacado principalmente a los hombres gays, es que todos estamos demasiados obsesionados con el sexo como para mantener compromisos monógamos. Hay varias maneras de responder a esta crítica. Ante todo, más hombres gays son monógamos que muchas personas, incluyendo muchos hombres gays, creen. Por ejemplo, en una encuesta de Advocate sobre sexo en los 90’s, de más de mil trescientos hombres gays, 52% reportó que en sus relaciones presentes, o pasadas, ellos habían sido monógamos; y el 77 por ciento dijo que preferían las relaciones monógamas a las abiertas.

Una segunda respuesta es que personas que viven en casas de vidrio no deben tirar piedras. Contrario a la mitología de los grupos pro “valores de la familia”, la no monogamia no es exactamente un asunto reservado al hombre gay. Entre los heterosexuales, se estima que un 50% de los maridos y un 30-40% de las esposas tienen relaciones extramaritales, y 90% de los divorcios en el primer matrimonio se debe a que uno, o ambos miembros de la pareja, tienen una aventura. Además, son principalmente los hombres heterosexuales, solteros y casados, los que mantienen el negocio multibillonario de la industria de los trabajadores del sexo.

Un estudio de 1994, que compara las relaciones de los gays y las de los heterosexuales, encontró que ni la monogamia ni la no monogamia estaban relacionadas a la satisfacción en la relación para los hombres gays. Lo que fue importante fue adherencia a cualquier acuerdo que la pareja hizo acerca del asunto. Es decir, honradez fue el valor que importó. Quizá, entonces, la diferencia verdadera entre las parejas gays y las heterosexuales, en el asunto de la monogamia, no es que los heterosexuales lo son, y los gays no lo son; sino que cuando las parejas gays no son monógamas, ellas son más probables de actuar sobre la base de acuerdos explícitos y comunicación honesta. Esto es seguramente una manera más madura, y honorable de vivir, que el estilo oficial de monogamia combinada con el engaño en secreto de Elliot Spitzer.

Nosotros no tenemos necesidad de estar a la defensiva acerca de nuestras relaciones, y el movimiento del matrimonio es una manifestación externa del hecho de que, cada vez más, nosotros lo sabemos. Las contiendas judiciales pueden durar durante años, pero creo que lo que nos hace imparables, a largo plazo, es que nuestra auto percepción ha cambiado muy radicalmente. En ejercitando nuestro derecho a casarnos, no estamos solamente “asimilando”; estamos afirmando nuestra dignidad humana como adultos maduros que valoran, y practican, la lealtad, el compromiso, el cuidado, y el amor.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
Website: tommoon.net

Hacer paz con el pasado 2: Cultivar gratitud

Como escribí anteriormente, es una perogrullada que si queremos ser feliz hoy, tenemos que encontrar alguna aceptación y paz con respecto al dolor y las desilusiones del pasado; y que dos métodos poderosos para lograr esa aceptación es el practicar el perdón y cultivar la gratitud. La última vez hablé del perdón. Esta vez el foco será en la gratitud. A veces encuentro extraño que en mi profesión, que está supuesta ser acerca de lograr la felicidad, tantos parecen pensar que podemos encontrarla centrándonos en el dolor, los fracasos, las desilusiones, el abuso, y los traumas del pasado.

Es verdad que puede haber una curación poderosa al hablar de las injusticias que nos fueron hechas, especialmente si las hemos mantenido en secreto, negado que han pasado, o nos hemos culpados de ellas. Pero si perdemos vista del hecho que el objetivo último de este trabajo es dejar ir y seguir hacia adelante, y si nos atascamos en la victimización, la rabia y la revancha, entonces nos cerramos la posibilidad de encontrar la paz. Eso es porque los pensamientos negativos intensos sobre el pasado tienden a bloquear los sentimientos de contentamiento y satisfacción.

La gran filósofa, Lily Tomlin (en realidad un comediante famoso estadounidense), observó una vez: "La Humanidad inventó el idioma porque tiene la necesidad profunda de quejarse". Los seres humanos estamos hechos de manera tal que nos inclinamos a enfocarnos más en batallar, y en la desdicha, que en la felicidad y la paz. Nuestros cerebros complejos evolucionaron como instrumentos para anticipar y vencer los peligros, para evitar dolor, y para resolver problemas; así que los peligros, el dolor, y los problemas son lo que capturan nuestra atención. Lo que no es problemático, o es agradable y armonioso tiende a escaparse hacia el fondo. Habiendo disfrutado de buena salud la mayor parte de mi vida, por ejemplo, yo lo tomo generalmente como algo normal y sin importancia. Pero hace unos años atrás, me afectó una enfermedad que duró seis semanas. Cuando pasó, y sentí que mi fuerza volvía, experimenté una gratitud intensa. Pero unos pocos días después, la conciencia sobre mi salud retrocedió de nuevo, y una vez más empecé a tomarla como algo normal y sin importancia. La mayor parte de nosotros somos así: pasamos por alto los aspectos no problemáticos de nuestras vidas.

Esto sugiere que si deseamos emociones más positivas en nuestras vidas, como la gratitud, tenemos que cultivarlas deliberadamente. Hace unos años atrás, dos psicólogos, Michael McCullough y Robert Emmons, empezaron una serie de experimentos que ellos llamaron The Research Project on Gratitude and Thanksgiving. El propósito fue ver si centrándose deliberadamente en gratitud mejoraba el bienestar. Los estudios implicaron más de 2.000 sujetos. En un experimento, cientos de personas en tres grupos diferentes mantuvieron agendas diarias. El primer grupo llevó un registro de los acontecimientos que ocurrían durante el día; el segundo registró sus experiencias desagradables; y el tercero hizo una lista diaria de cosas por las cuales ellos estuvieron agradecidos.

Los investigadores estaban asombrados de los enormes efectos que observaron. Los que hicieron los ejercicios diarios de gratitud reportaron niveles más altos de vigilancia, entusiasmo, determinación, optimismo, y energía. McCullough informó "En sólo dos a tres semanas ellos reportaron ser más felices. Las personas cercanas a ellos pudieron ver también la diferencia". Ellos experimentaron menos depresión y estrés, y mejor calidad y duración de sueño. Tenían más probabilidad de ayudar a otros, ejercitaban más regularmente, e hicieron más progresos hacia el cumplimiento de objetivos personales. Estaban más posibilitados de sentirse amados, quizás porque la gratitud favorecía un ciclo positivo de bondad recíproca. Emmons comentó "Si usted desea una estrategia que aumente su felicidad, hay mucho alrededor de usted que lo puede ayudar. Puede tomar productos farmacéuticos como Prozac. Pero la gratitud es algo que no tiene efectos secundarios".

A consecuencia de esto, y proyectos de investigación similares, Psicólogos Positivos, que se centra en aumentar las emociones positivas como la alegría y la felicidad, prescriben a sus clientes practicar la gratitud regularmente. En su libro Authentic Happiness, Martin Seligman, uno de los líderes del movimiento Positive Psychology, recomienda dos ejercicios de gratitud. En el primero, las instrucciones son reservar cinco minutos libres cada noche, preferiblemente al momento de la hora de acostarse. Piense sobre las veinticuatro horas anteriores y anote, en líneas separadas, hasta cinco cosas en su vida de las cuales usted está agradecido. Haga esto a diario por dos semanas, y si lo encuentra útil, integre la práctica en su rutina diaria. En el segundo ejercicio, las instrucciones son escoger a una persona hacia la cual usted siente gratitud. Utilice algún tiempo escribiéndole a esta persona un testimonio de su gratitud, que sea lo suficientemente breve para caber en una página. Plastifique la página, y en una reunión cara a cara con la persona, preséntesela a él, o a ella, y léala en voz alta. Seligman reporta que sus clientes informan grandes beneficios de estas prácticas a menudo.

La religión y la filosofía han aceptado, desde hace mucho tiempo, que la gratitud es un elemento imprescindible de la virtud, y un componente importante para la salud, la integridad y el bienestar. Hoy en día, investigaciones psicológicas confirman esa antigua sabiduría. Nuestro bienestar depende mucho más en nuestra actitud hacia nuestras circunstancias, que en las circunstancias en sí mismas. La felicidad es un trabajo interior.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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Hacer paz con el pasado 1: ALCANZAndo o LOGRAndo el perdón

Es una perogrullada que si queremos ser feliz en el presente, necesitamos encontrar cierta aceptación y paz en relación con el dolor y las desilusiones del pasado. Dos métodos poderosos para lograr esa paz son perdón practicante y cultivar gratitud. Me centraré en el perdón esta vez, y en la gratitud en la próxima columna. Muchas personas utilizan la psicoterapia para resolverse sus sentimientos sobre el pasado, y mientras algunos tienen éxito, para otros las cosas parecen ponerse peor. Pienso en un hombre que llamaré Greg, por ejemplo, que ha estado en terapia durante años, hablando de su niñez dolorosa: el padre alcohólico que era abusivo, la madre impotente y pasiva que no lo podía proteger, los abusadores en la escuela que lo identificaban como la "loca de la escuela", que le pegaban regularmente mientras que los maestros miraban hacia otro lado, etcétera. Él ha repasado cada memoria dolorosa una y otra vez. Ha expresado su dolor y rabia. Ha llorado y golpeado almohadas, reconstruido sus traumas en terapia de grupo, y los ha revivido en terapia hipnótica. Pero el resultado de todos sus esfuerzos es que ahora está más enfurecido, dolido, e infeliz que nunca. Puede haber una curación poderosa en hablar de las injusticias que nos hicieron, especialmente si los hemos mantenido en secreto, negado que han pasado, o culpado a nosotros mismos por ellos. Pero cuando el proceso llega a ser interminable, puede magnificarse en vez de aliviar el sufrimiento. Eso es porque frecuente e intensos pensamientos negativos sobre el pasado tienden a bloquear sentimientos de contento y satisfacción. Atascamiento en victimización, rabia y revancha, hacen de la paz algo imposible.

El perdón practicante evita esta trampa transformando nuestra relación a memorias dolorosas de una de amargura a algo más suave y más aceptable. Ese es el propósito, no dejar a los perpetradores fuera del gancho, ni minimizar el daño que hicieron, sino dejarnos en libertad. La pregunta es cómo hacerlo.

El investigador primero de esta pregunta es, posiblemente, un psicólogo nombrado Dr Everett Worthington. Un incidente horrible en su propia vida fue el catalizador que lo condujo a estudiar el perdón. Una mañana en 1996, recibió una llamada de su hermano para informarle que su madre había sido violada con una botella de vino, y golpeada a muerte con un bate de béisbol y una barra de metal. Por muchos años, Worthington luchó por libertarse del veneno del odio y la venganza hacia los dos jóvenes perpetradores que cometieron el crimen. Con el tiempo tuvo éxito, y en el proceso desarrolló una ruta para el perdón intencional, que desde entonces ha sido recorrido por unos cuantos miles. Las siglas para su proceso de cinco pasos es REACH (en inglés: alcanzar o lograr). Él lo explica, con todo detalle, en su libro Forgiving and Reconciling: Bridges to Wholeness and Hope (Perdonar y Reconciliar: Puentes a la Integridad y la Esperanza). Brevemente, así es cómo trabaja el método REACH:

R significa Recall (recuerda) la herida, de la manera más clara y objetiva que pueda. No piense del perpetrador como diabólico, ni se regodee en autocompasión. Respire profundamente y lentamente cuando recuerde el acontecimiento.

E significa Empathize (simpatiza). Trate de comprender las cosas desde el punto de vista del perpetrador. Imagínese una historia plausible que esta persona quizás dijera si se le pidiera una explicación. Para ayudarlo a hacer esto, recuerde que: 1) Cuando las personas sienten que su propia supervivencia está amenazada, ellas lastimarán inocentes; 2) Personas que atacan a otras, casi siempre sufren temor, preocupación, y ellas mismas están dolidas; 3) La situación en que una persona se encuentra, y no su personalidad fundamental, puede convertirla en un perpetrador; 4) A menudo las personas no piensan cuando atacan a otras; solamente están reaccionando.

A significa Altruistic Gift (el regalo altruísta) del perdón. Recuerde cuando hizo algo malo alguna vez, se sintió culpable, y recibió perdón. Recuerde la gratitud que sintió por este regalo. Recuerde, también, que dando este regalo a otros generalmente nos hace sentir mejor, y aligera nuestra propia carga.

C significa Commit Yourself (comprométase) a perdonar públicamente. En los grupos de Worthington, los clientes escriben una carta de perdón al perpetrador, escriben un "certificado del perdón,” dicen a un amigo de confianza lo que ellos han hecho, o escriben una canción o un poema de perdón. Estos son contratos de perdón que llevan al paso final.

H significa hold onto (aférrese) al perdón. El perdón no borra la memoria del acontecimiento; sólo cambia la "etiqueta de identificación" que una memoria lleva. Cuándo las memorias vengan, recuerde que ellas, por sí mismas, no significan que usted no puede perdonar. Tenga cuidado de no persistir vengativamente en ellas, o regodearse en ellas. Recuerde que usted se ha comprometido a perdonar, y lee los documentos que ha escrito sobre ello. Todo esto puede sonar sermoneador y sentimental, pero lo cierto es que, por lo menos, ocho estudios científicos de este proceso, y otros como él, han demostrado efectos positivos grandes. Los que completaron el proceso han tenido menos ira y estrés, más optimismo; han reportado mejor salud, relaciones mejoradas y perdón. Los procedimientos no son fáciles ni rápidos, pero funcionan. La ciencia confirma sobriamente la sabiduría antigua: si quieres ser feliz, aprende a perdonar.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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Sobrevivir al amor no correspondido

Pregunta: Encuentro con frecuencia a un hombre en una organización social gay a la que ambos pertenecemos. Este hombre, como se dice, manipula todos mis botones. Es amistoso conmigo, lo que lo hace más atrayente; pero está claro que tiene un mundo social activo en el que no hay lugar para mí, aparte de nuestra organización social común. Obviamente, yo no soy la única persona que ve cuán notable es. Ninguno de nosotros dos es probable que deje la organización pronto, así que estoy obligado a enfrentar mi predicamento por un futuro previsible. ¿Hay algo más grave aquí que la frustración de no poder tener la relación que deseo con él? Estoy seguro que conseguiré sobreponerme eventualmente a esta situación dolorosa, pero apreciaría definitivamente su percepción en el asunto para acelerar mi recuperación.

Respuesta: Me pregunto si hay alguien leyendo esto que no ha experimentado lo que usted atraviesa. Es siempre doloroso desear lo que no podemos tener, pero el amor romántico no correspondido es especialmente doloroso. Y mantener un contacto frecuente con el hombre que usted adora, y percatarse que él no lo desea a usted de la manera que usted lo desea a él, y que los ojos no se les iluminan por usted de la manera que los suyos lo hacen por él, es una forma de sufrimiento agudo. Pero el hecho de que es doloroso no lo hace de por sí un “problema.” Puede ser solamente una de esas situaciones en la vida que deben ser aguantadas, y para la cual no hay “curación”, excepto el tiempo.

Una práctica que puede mitigar el sufrimiento, mientras tanto, es algo que aprendí de estudiar el budismo tibetano. En esta práctica, usted refleja en todas las personas en el mundo que experimentan actualmente la misma clase de dificultad que usted está viviendo; ya sea una enfermedad, una pérdida, o una desilusión como lo es el amor no correspondido. Entonces, tome la resolución de utilizar su propio dolor como un trampolín para llegar a ser más compasivo hacia todos los que están en situaciones semejantes a la suya. Después de que haya hecho esto, imagínese a usted mismo enviando ondas de compasión y bondad amorosa a cada uno de ellos. Este ejercicio puede sonar artificioso, pero es sorprendentemente poderoso. Lo he utilizado yo mismo en varias ocasiones, y encuentro que es un gran antídoto para la autocompasión. También encuentro que es una manera útil de utilizar mi sufrimiento para conectarme con otros, en vez de sentirme separado de ellos.

Pero su pregunta “¿Hay algo más grave aquí que la frustración de no poder tener la relación que deseo con él?” es una buena, porque el amor no correspondido es una de esas situaciones que están llenas de trampas emocionales para muchas personas. Aquí, también, encuentro útil la psicología budista. Los budistas tienen una palabra, papanca*, la cual significa “proliferación mental,” (aunque “mente jodida” también capta el significado). Se refiere a las historias que nos decimos a nosotros mismos acerca de lo que experimentamos, lo cual agrega capas adicionales e innecesarias de sufrimiento al dolor que todos nosotros experimentamos inevitablemente. En cuanto al amor no correspondido, es muy común para la mente trabajar horas extras engendrando papanca.

Si el objeto de nuestro cariño no devuelve el interés, por ejemplo muchas personas comienzan inmediatamente a auto-denigrarse. ¿Por qué no me quiere? Debe haber algo mal conmigo. Quizá es que yo no soy suficientemente guapo, o soy insuficientemente interesante. Quizá es sólo que no soy una persona a la cual adoran. Quizá es que soy el tipo de persona que jamás consigue lo que desea. Quizá soy solo eso, un perdedor.

Cualquier clase de sufrimiento puede provocar una cascada de pensamientos acerca de por qué mis sufrimientos muestran que soy defectuoso. No debiera estar tan dolido acerca de esto. Si fuera un ser humano más fuerte, más sano, más seguro, no permitiría que cosas como estas me afecten tanto. El hecho de estar enamorado de alguien que no me adora muestra que soy autodestructivo, contraproducente, masoquista o neurótico. De otro modo, escogería alguien que correspondiera mis sentimientos. Etcétera.

Conozco a un hombre que se enamoró profundamente de un compañero de dormitorio en sus primeros años de estudiante universitario. El otro tipo era ligeramente amistoso, pero no de otro modo interesado. Ahora, veinte años después, este hombre continúa suspirando casi a diario por el amor que nunca fue. ¿Por qué se hace esto a sí mismo? Porque, abandonado en la niñez temprana por su droga adicto padre, había venido a sospechar que no era el tipo de persona que podría ser adorado por ningún hombre, y tomó su primera desilusión adulta en el amor como confirmación de esa creencia cruel. Su problema no era el amor no correspondido, sino lo que su mente hizo con ello.

Así que examine lo que su mente le dice acerca de esta situación, y no crea todo lo que le pueda estar diciendo. Su recuperación de esta desilusión será mucho más rápida si usted puede estar alerto y escéptico acerca de cualquier interpretación pesimista o auto-denigrante que usted puede estar asignándole a su situación. *Papanca: complicación, proliferación. La tendencia de la mente para proliferar asuntos de la identidad. Este término también puede ser traducido como pensamiento auto reflexivo, cosificación, falsificación, deformación, elaboración, o exageración. En los discursos, es utilizado con frecuencia en analizar la psicología de conflicto.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.

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