Los integrantes de la comunidad LGBTQ enfrentan conflictos similares a los de otros grupos humanos. Sin embargo, difieren de ellos por la peculiaridad y gravedad de algunos problemas atípicos: aquellos que son ajenos a quienes la sociedad considera vagamente como "normales". Estos "problemas atípicos" - de no ser resueltos por los miembros de la comunidad LGBTQ - les traen desdicha y disfunción en sus vidas.


Respecto a esos "problemas atípicos", la tarea de los miembros de la comunidad LGBTQ es simultáneamente simple y compleja.

La simplicidad consiste en que cada individuo debe entender y mejorar su realidad "atípica". Es importante no temer a la diferencia; ni tampoco creer que ésta lo hace peor ni mejor que nadie.

La complejidad consiste en que cada integrante de la comunidad LGBT tiene un problema único y personal que resolver; pero sin olvidar que debe ser parte funcional en el devenir social general de la sociedad donde vive.


"Si presta atención cuidadosa a su entorno, percibirá que aceptar su propia diferencia realmente significa estar a tono con la diversidad de éste. Si desea conscientemente identificarse con ese entorno, contribuya al mejoramiento de éste por medio del suyo propio."
Oliverio Funes Leal

" SI LA NATURALEZA PONE UNA CARGA EN UN HOMBRE HACIÉNDOLO DIFERENTE, TAMBIÉN LE DA UN PODER CON ELLO ”

John Fire Lame Deer líder espiritual Sioux de la Tribu Lakota



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¿Cuándo es la ira abuso?

PREGUNTA: Vengo de una familia de italianos ruidosos de la clase obrera que dice lo que siente cuando sentimos algo. La familia de mi novio es de la clase media superior de Nueva Inglaterra, que nunca levanta su voz, dice nada “inadecuado”, o directamente expresa ira. Grito y alzo la voz cuando estoy enojado, y entonces me olvido de todo. Nunca me pongo violento ni nada así, pero mi novio me dice que lo asusto. Quiere que vaya a una clase para manejar mi ira, para dejar de ser “abusivo.” Yo no quiero acabar siendo completamente cortés y de buen gusto como su familia, y le digo que necesita parar de estar tan asustado de los sentimientos honestos. ¿Cuál de nosotros tiene la razón? 

RESPUESTA: Generalmente, cuándo las parejas no concuerdan, la solución no se encuentra determinando quién tiene la razón, o quién está equivocado, sino encontrando modos de estar juntos que funcione para ambas partes. Si su novio le tiene miedo, es un asunto importante a resolverse, quizás en una consejería de parejas; pero usted también tiene derecho a expresar libremente sus sentimientos sin tener que contenerlos, o sentirse coaccionado. Quizás ayude si ustedes exploran juntos el asunto de cuál es la diferencia entre ira y abuso.

Aunque a menudo tenga mala fama, la ira es algo que todos experimentamos. Es una respuesta natural y sana a una amenaza o injusticia percibidas. Cuándo las personas están enojadas, ellas actúan enojadas. A menudo hablan con voz levantada, con gestos entusiasmados, y con una cara roja, y nada de eso es intrínsecamente destructivo o abusivo, siempre que las expresiones estén intencionadas para comunicar ira y no para amenazar o intimidar. Es enteramente posible expresar ira con pasión, mientras manejamos nuestro genio y estamos conscientes y respetuosos de la otra persona.

El abuso es muy diferente. Mientras está asociado con la ira, su fuente verdadera es el deseo de controlar y el poder. Cuándo las personas son abusivas, raramente es porque “no pueden controlar su genio.” La mayoría de las personas que son abusivas con otras – sea que el abuso toma la forma de agresión física, emocional, o sexual (o todo lo de arriba) – no están “fuera de control” en lo absoluto. Típicamente, actúan deliberadamente y con el conocimiento completo de lo que están haciendo. Hacen lo que hacen porque piensan que están justificados en hacerlo. Pueden creer que su género, estatus, raza o sistema de creencia les permite más poder que la otra persona o grupo de personas. O pueden sentir tal falta de poder y control, en un nivel personal, que tratan de compensarlo intimidando a otros.

Las personas que son abusivas generalmente abusan sólo a personas en grupos específicos, como compañeros íntimos, niños, o personas de carreras, religiones u orientaciones sexuales diferentes. Escogen a personas que tienen menos poder o estatus, en la casa o en la sociedad; lo que a menudo significa que su conducta abusiva es tolerada, ignorada, o tiene consecuencias mínimas. Pueden estar verdaderamente enojados con estas personas, pero escogieron actuar sobre ello con tácticas abusivas; mientras “manejan” su ira con aquellas personas a quien ellos perciben como teniendo igual estatus o más grande, o cuando pudiera haber consecuencias graves a su conducta.

Aquí están unas pocas maneras de distinguir entre ira y abuso. La ira informa a otros acerca de nuestras propias necesidades y sentimientos por medio de declaraciones del “yo”: abuso es acerca de rebajar, acallar, intimidar, y amenazar a otros por medio de declaraciones del “tú”. La ira pide atención, responsabilidad, enmendación, y restitución: abuso busca venganza, castigo y humillación. Las personas enojadas poseen y expresan sus propios sentimientos: personas abusivas exportan su propio temor a otros. La ira procura señalar y resolver problemas: abuso es acerca de abrumar y ganar. La ira trata con el asunto presente: abuso es más a menudo el resultado de una acumulación de asuntos pasados y rabia colocada fuera de lugar. La ira es completamente coherente con el amor porque apunta a la comprensión y la conexión más profundas. Mueve hacia el otro. El abuso es motivado por temor y odio, y por los movimientos contra el otro. La ira es generalmente un estallido breve y termina en resolución: abuso surge de un fuego que arde de resentimiento, de amargura, y de revancha que nunca es satisfecha. La ira apropiada, sobre todo, es siempre no violenta, segura, y en control: abuso es amenazante, peligroso, y a veces violento.

Sugeriría que, después de considerar la descripción de arriba, se pregunte a sí mismo cuáles son sus intenciones cuando expresa ira. ¿Cuándo está enojado, es usted acerca de comunicar sentimientos y resolver asuntos, o es su intención verdadera conseguir lo que quiere intimidando y abusando? Si lo último es la verdad, aunque sea parte del tiempo, entonces el temor de su novio tiene alguna justificación. Él, en cambio, quizás se pregunte qué expresiones de la ira suya no lo asustarían. Si no hay ninguna, entonces por lo menos algunos de sus temores no pueden haber venido de una verdadera percepción de peligro, sino, como usted sugiere, de una respuesta fóbica al enojo en general. El también quizás se pregunte si su objeción a su ira es siempre verdaderamente auto protectora; o si es, a veces, una tentativa pasivo-agresiva de manipularlo y controlarlo a usted. Ningunas de estas posibilidades son una u otra alternativa. Las relaciones son complejas, y a menudo la verdad es ambas/y.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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