- Aferrarse a resentimientos castiga a otros. Mucha gente no va a perdonar un agravio que se les hizo porque "sería cómo desenganchar a él o a ella"; como si alguien, a la que no han visto en años, de alguna manera está viviendo "colgada de un gancho" porque se le continúa guardando rencor, pero la cual se sentiría mejor inmerecidamente si el rencor se detuviera.
- Perdonar significa tolerar el mal comportamiento. Perdonar no significa olvidar, ni tampoco significa negar que ofensas reales fueron cometidas. Es una decisión deliberada de dejar atrás al pasado, y dejar ir sentimientos de resentimiento o venganza hacia aquellos que te han hecho daño, sin importar si realmente merecen tu perdón. Nada de esto implica excusar o minimizar la mala conducta.
- Si te perdono, tengo que permitirte de nuevo en mi vida. Perdón y reconciliación no son la misma cosa. Por lo general, es mucho más fácil perdonar un agravio si el autor se disculpa, pero dejar ir el resentimiento y la revancha es algo que podemos hacer completamente por nuestra cuenta, aún sin que la otra persona sepa que lo hemos hecho, porque la esencia del perdón es simplemente dejar ir el pasado. Reconciliación, sin embargo, se trata de comprometerse con un futuro. Esto significa volver a un cierto grado de amistad, y para que eso suceda, la confianza tiene que ser restablecida. Podemos optar por perdonar a alguien que nos ha maltratado, pero todavía reconocer que la persona puede seguir siendo abusiva con nosotros si restablecemos la relación. Perdonar no significa ser ingenuo acerca del carácter o las intenciones de los demás.
- Aferrarme a la ira me mantiene en control. La rabia es una energía intensa, y sentirla puede hacer que nos sintamos seguros y en control. Pero la rabia insondable y exagerada, la de aquellos que se sienten sumidos en la victimización, los hace sentir cualquier cosa menos poderosos. Aquellos que están atrapados siempre en ese estado mental, se sienten impotentes y presos en sus propios infiernos interiores.
Por último, perdonar requiere madurez para aceptar algunas verdades incómodas: que el pasado no se puede cambiar; que las acciones dañinas de otra persona nunca se pueden deshacer; y que la gente que nos agravia puede que nunca vean el error de sus maneras. Pero la práctica del perdón también puede revelar otra verdad importante y sorprendente: en fin de cuentas, nadie tiene que cambiar para que nosotros podamos estar en paz. Más sobre eso la próxima vez.
TERCERA PARTE - Beneficios del Perdón.
Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.
Tom Moon, MFT
Website: tommoon.net