El perdón significa abandonar el peso del resentimiento contra la persona que te hizo daño, y también de los placeres dudosos de la venganza y la retribución. Es mucho más fácil de hacerlo si la otra persona se disculpa, pero es todavía algo que puedes hacer por ti mismo, sin que la otra persona jamás tenga que saber lo que usted ha hecho.
El perdón significa dejar ir el pasado, pero la reconciliación es acerca de comprometerse a un futuro. Significa volver a cierto grado de simpatía, y para que eso suceda, la confianza tiene que ser restablecida. A diferencia del perdón, la reconciliación no puede suceder unilateralmente. Si le he hecho daño, el primer paso a la reconciliación requiere que acepte y reconozca mi maldad. Si niego responsabilidad por lo que hice, o niego que hiciera algún agravio, no podemos estar realmente reconciliados. Si actúo como si tus sentimientos no importan, o que no tienes ningún derecho de aparearme a tus estándares éticos, no podrás fiarte de que yo no te haré daño en el futuro.
Así que la verdadera reconciliación no puede estar basada solamente en el deseo por la armonía. Requiere un compromiso mutuo a estándares éticos compartidos. Hay cuatro principios éticos que son bases imprescindibles para una reconciliación significativa. Estos son:
- somos siempre responsables de nuestras acciones;
- tenemos la responsabilidad de ponernos en el lugar de la otra persona;
- la otra persona es siempre digna de nuestro respeto; y
- no hay excusa alguna para dañar a otros.
Desafortunadamente, el perdón sólo no es suficiente para hacer la reconciliación posible. Es sólo posible cuando ambos partidos en la disputa tienen la madurez, la integridad, la honradez, y el cuidado que son esenciales al proceso.
Comprender la diferencia entre el perdón y la reconciliación puede hacer más fácil ser generoso con el perdón cuando la reconciliación verdadera no es posible; y también nos ayuda a evitar la trampa del uso de la culpa para ser empujados en una reconciliación falsa, cuando la base para una amigabilidad no estaba allí. Hablé años atrás con una mujer que comprendió bien la diferencia entre el perdón y la reconciliación. Después de meses de maltrato y abuso en las manos de su novio, ella encontró finalmente el valor para separarse de él. Después de un proceso largo de curación emocional, me dijo, “mi corazón está abierto a él, pero la puerta principal está cerrada.”
Cuándo su ex clama que usted le “debe” perdón a él, habla desde un sentido injustificado de derecho. El perdón es un regalo. No puede ser debido. Ni es la amistad algo que podemos entregar en demanda. Es dada libremente o no es amistad. Sus “satisfacciones” no fueron una verdadera disculpa, sino hacer excusas. La descripción de su conducta sugiere que tiene poca capacidad de ponerse en tu lugar. Actualmente, probablemente carece de la madurez emocional necesaria para una verdadera reconciliación. Si no se fía de él, fíese en ese sentimiento. En cuanto a lo que le debe decir, lo mejor que puede hacer es no hacer compromisos con la verdad. Manteniendo presente su historia de violencia y abuso, escoja un lugar en el que se sienta seguro al hablar con él (es decir, en un lugar público, o por teléfono). Sea breve. No justifique, discuta o responda a provocaciones. Asegúrele que lo ha perdonado por su conducta pasada, pero dígale firmemente que, en su avance personal, escoge no reabrir su relación con él.
Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.
Tom Moon, MFT
Website: tommoon.net