Los integrantes de la comunidad LGBTQ enfrentan conflictos similares a los de otros grupos humanos. Sin embargo, difieren de ellos por la peculiaridad y gravedad de algunos problemas atípicos: aquellos que son ajenos a quienes la sociedad considera vagamente como "normales". Estos "problemas atípicos" - de no ser resueltos por los miembros de la comunidad LGBTQ - les traen desdicha y disfunción en sus vidas.


Respecto a esos "problemas atípicos", la tarea de los miembros de la comunidad LGBTQ es simultáneamente simple y compleja.

La simplicidad consiste en que cada individuo debe entender y mejorar su realidad "atípica". Es importante no temer a la diferencia; ni tampoco creer que ésta lo hace peor ni mejor que nadie.

La complejidad consiste en que cada integrante de la comunidad LGBT tiene un problema único y personal que resolver; pero sin olvidar que debe ser parte funcional en el devenir social general de la sociedad donde vive.


"Si presta atención cuidadosa a su entorno, percibirá que aceptar su propia diferencia realmente significa estar a tono con la diversidad de éste. Si desea conscientemente identificarse con ese entorno, contribuya al mejoramiento de éste por medio del suyo propio."
Oliverio Funes Leal

" SI LA NATURALEZA PONE UNA CARGA EN UN HOMBRE HACIÉNDOLO DIFERENTE, TAMBIÉN LE DA UN PODER CON ELLO ”

John Fire Lame Deer líder espiritual Sioux de la Tribu Lakota



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¿Estamos programados para la desdicha? #2

2.- ACEPTANDO LO BUENO.

En el primer artículo hablé de las “tendencias negativas” del cerebro, de su tendencia para registrar las experiencias negativas en la memoria emocional más rápidamente y profundamente que las positivas. En las palabras del neuropsicólogo Rick Hanson (www.rickhanson.net): “El cerebro es como Velcro para las experiencias negativas y como Teflón para las positivas.” El resultado es “un creciente, e injusto, residuo de dolor emocional, pesimismo y entumecimiento inhibidor” que hace al temor, la agitación y al conflicto mucho más fácil de experimentar, para la mayor parte de nosotros, que la satisfacción, la alegría y la felicidad. ¿Significa esto que nuestras especies están condenadas a la desdicha crónica?

Podemos encontrar optimismo en el descubrimiento que las regiones más altas del cerebro pueden modificar la manera que las regiones más bajas funcionan. Muchos campos de investigación muestran que cuando utilizamos nuestra intención y atención de maneras sostenidas y enfocadas, podemos hacer mucho en vencer las tendencias negativas del cerebro. El Dr. Hanson enseña una práctica diaria de concentración, en cuatro pasos, que le permite al cerebro registrar experiencias positivas. Estas experiencias, al hundirse luego en las capas más profundas de la mente, alteran la memoria emocional. Él llama a esa práctica “aceptar lo bueno.” Aquí están los pasos:

  1. Decida permitirse sentir placer y ser feliz, antes que sentirse ascético o culpable acerca de disfrutar las cosas buenas en la vida. En particular, haga cuanto pueda para dejar ir cualquier resistencia de sentirse bien de usted mismo. Deje momentáneamente a un lado preocupaciones o irritaciones; o por lo menos, empújelos hacia el fondo, y entonces, manteniendo una relajada y aceptadora conciencia, emplee algún tiempo atendiendo a una experiencia positiva. Póngale atención especial a los aspectos emocionales y sensoriales de sus respuestas a los acontecimientos positivos. Esté completamente presente a la experiencia, y tenga cuidado de no desviarse en lucubraciones sobre el pasado ni en preocupaciones acerca del futuro.
  2. Extienda la experiencia, en espacio y tiempo, demorándose en ella y saboreandola. Goce la experiencia y resista la tentación de saltar hacia algo más. Permita que le llene su cuerpo con sensaciones y sentimientos positivos (esa es la parte del espacio). Haciendo esto, le permite al acontecimiento positivo llegar a ser una experiencia positiva.
  3. Visualice la experiencia positiva empapando profundamente su cerebro y su cuerpo, registrando profundamente en su memoria emocional. Véala hundiéndose en el pecho, en la espalda, y en la raíz del cerebro. Como al cerebro le toma registrar experiencias positivas de 5 a 20 segundos, asegúrese de tomarse, por lo menos, unos 20 segundos en hacer esto mientras relaja el cuerpo (esa es la parte del tiempo).
  4. Visualice la experiencia positiva bajando dentro de vacíos y heridas viejas dentro de usted, llenándolos y reemplazandolos con nuevos y positivos sentimientos y consideraciones. Estas heridas son típicamente los lugares donde la nueva experiencia positiva es lo opuesto, y el antídoto de, lo viejo. Las experiencias “reemplazadas” pueden ser de la edad adulta, pero generalmente la más importantes de reemplazar son las de nuestros años tempranos. La manera de hacer esto es tener la nueva experiencia positiva prominentemente, y en primer plano, de su conocimiento al mismo tiempo que el dolor viejo, o las necesidades no realizadas, son sentidas débilmente en el fondo. Experiencias actuales de valía pueden reemplazar sentimientos viejos de vergüenza o insuficiencia. Sentimientos actuales de ser amado, y tomado en cuenta, pueden reemplazar sentimientos viejos de rechazo, abandono, y soledad. Un sentido actual de la propia fuerza de uno puede reemplazar sentimientos viejos de impotencia o debilidad.

Para mostrar cómo este proceso ayuda, podemos mirar cómo trabaja en el tratamiento de la ansiedad. Las personas que han experimentado trauma emocional severo, especialmente si ocurrió en la niñez, pueden tener su” botón interior de emergencia” atascado en posición de “prendido”, y como resultado de ello estén atascados en ansiedad constante. Adoptando la práctica de tomar “pausas conscientes” regulares a través del día, en las que ellas respiran profundamente y notan que no están en ningún peligro en el momento presente, y saboreando la experiencia de sentirse seguras y protegidas, esas personas re-entrenan gradualmente el cerebro a comprender, en un nivel profundo, que están a salvo en la mayor parte de los momentos de sus vidas. Esta comprensión puede ayudar, a las personas que sufren de ansiedad severa, a dejar ir gradualmente el sentir la necesidad de estar “en la alerta” todo el tiempo. Las experiencias positivas regulares de seguridad llegan a ser prominentes, y ocupan la primera plana del conocimiento, mientras los traumas viejos se pierden en el fondo. Ellas no se olvidan de los viejos acontecimientos dolorosos, pero son liberadas gradualmente de su puño.

Hanson acentúa que esta práctica no es acerca de aprender a ver el mundo con gafas de lentes color rosa. Contradiciendo la tendencia negativa de cerebro, ella fomenta realmente una evaluación más exacta y madura de la realidad. Por medio de la práctica regular, llegamos a ser gradualmente menos reactivos emocionalmente. A medida que somos más tranquilos, y enfocados en el presente, comenzamos a conseguir acceso a una verdad más profunda acerca de nosotros mismos. Hanson describe esa verdad de esta manera: “Como una propiedad inherente del sistema nervioso, hay una esencia muy en el fondo o centro de cada uno de nosotros que está despierto, presente, interesado, y calladamente feliz.” Cuándo establecemos contacto con esta dimensión profunda en nosotros mismos, comenzamos a desarrollar naturalmente lo que él llama un “optimismo verificado” basado en la comprensión de que, en fin de cuentas, en el centro de nuestros seres estamos programados para la felicidad.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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