Los integrantes de la comunidad LGBTQ enfrentan conflictos similares a los de otros grupos humanos. Sin embargo, difieren de ellos por la peculiaridad y gravedad de algunos problemas atípicos: aquellos que son ajenos a quienes la sociedad considera vagamente como "normales". Estos "problemas atípicos" - de no ser resueltos por los miembros de la comunidad LGBTQ - les traen desdicha y disfunción en sus vidas.


Respecto a esos "problemas atípicos", la tarea de los miembros de la comunidad LGBTQ es simultáneamente simple y compleja.

La simplicidad consiste en que cada individuo debe entender y mejorar su realidad "atípica". Es importante no temer a la diferencia; ni tampoco creer que ésta lo hace peor ni mejor que nadie.

La complejidad consiste en que cada integrante de la comunidad LGBT tiene un problema único y personal que resolver; pero sin olvidar que debe ser parte funcional en el devenir social general de la sociedad donde vive.


"Si presta atención cuidadosa a su entorno, percibirá que aceptar su propia diferencia realmente significa estar a tono con la diversidad de éste. Si desea conscientemente identificarse con ese entorno, contribuya al mejoramiento de éste por medio del suyo propio."
Oliverio Funes Leal

" SI LA NATURALEZA PONE UNA CARGA EN UN HOMBRE HACIÉNDOLO DIFERENTE, TAMBIÉN LE DA UN PODER CON ELLO ”

John Fire Lame Deer líder espiritual Sioux de la Tribu Lakota



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Los fundamentos de la intimidad 3: Conozca sus diez tonadas preferidas

En los últimos dos columnas sobre las bases psicológicas de la intimidad hablé de tres valores fundamentales que son indispensables, auto conocimiento, auto-aceptación e integridad. También discutí la importancia de enfrentar y resolver las heridas de nuestro pasado. Como Jack Kornfield ha escrito, con el fin de seguir adelante con nuestras vidas "tenemos que renunciar a toda esperanza de alguna vez tener una infancia feliz". Pero hay algunos que cuestionan la pertinencia de centrar la atención en el pasado. ¿Cuál es el punto de excavar lo que no se puede cambiar, dicen, sobre todo cuando es doloroso? ¿No es más lógico simplemente olvidarse de ello?

Una respuesta es que el pasado sigue viviendo en la actualidad en forma de creencias sombrías que hemos aprendido de nuestras experiencias dolorosas. Hay, en cierto sentido, un defecto de diseño en la mente humana, en que durante la infancia formamos nuestros más profundos y más duraderas convicciones sobre quiénes somos y lo que podemos esperar de la vida, el momento en que nuestras mentes no son lo suficientemente maduras como para evaluar racionalmente las evidencias y hacer inferencias razonables. Nuestras conclusiones erróneas quedan fuertemente enrolladas en el sistema límbico del cerebro como creencias básicas, y devienen inconscientes de la misma forma que la respiración es inconsciente.Tendemos a creer las historias que nos decimos a nosotros mismos como si fueran absolutas e incuestionables verdades. Se convierten en plantillas y reacciones viscerales aflojadoras de rodillas que usamos para interpretar y organizar nuestra experiencia. Si tenemos la creencia, por ejemplo, que "Yo soy indigno de ser amado," creamos y notamos, ambos, el rechazo; y prestamos menos atención a las experiencias en las que la gente actúa de una manera amorosa hacia nosotros. Una vez que nuestras principales creencias se forman, se convierten altamente resistentes al cambio, tanto porque se convierten en profecía que se cumple y porque tienden a pasar por alto las pruebas que las rechazan.

Una serie de creencias sombrías son comunes entre los hombres homosexuales. Creencias típicas, que muchos desarrollan en el proceso de crecer en un mundo que no honra a sus diferencias, son: "Hay algo  equivocado conmigo", "Soy inadecuado", o "Estoy incompleto, me falta algo." Muchos hombres gay siguen sosteniendo en el fondo este tipo de convicciones, mucho después de que han llegado conscientemente a estar en paz con su sexualidad. A partir de la experiencia de la decepción de los padres por su orientación sexual, algunos concluyen "siempre voy a decepcionar a los demás", o "nunca voy a poder hacer feliz a nadie." Algunos hombres que tienen estas creencias realmente evitan entrar en relaciones con el fin de proteger a otros de ser heridos por ellos. Las primeras experiencias de ser rechazados por sus padres y otros hombres en su vida, llevan a algunos hombres gay a concluir "Ningún hombre jamás me amará", o "No se puede confiar en ningún hombre". Y, por supuesto, la homofobia internalizada resultada en todo tipo de creencias negativas sobre uno mismo, como "Soy inferior a otros hombres", "Soy débil", y así sucesivamente.

Cuando tenemos convicciones fundamentales como estas, relaciones problemáticas y dificultades con la intimidad son inevitables. Entonces, ¿qué se puede hacer? El primer paso, y el más difícil, es trabajar para estar conscientes de nuestras creencias fundamentales. Mucho de lo que creemos es tan automático y mecánico, que apenas estamos conscientes de lo que pensamos la mayor parte del tiempo. Procesos de auto-exploración, tales como la meditación o la práctica de psicoterapia, pueden ayudarnos a descubrir nuestros "diez tonadas preferidas." Puede ser muy útil, a medida que comenzamos a entender estos temas, hacer una lista de ellos y memorizarla. Eso hace posible, a lo largo del día, que estemos más alertas en los momentos precisos cuando nuestra canción empieza a tocar, para ser capaces de decirnos a nosotros mismos "Oh si, ahí está número 4." Más conscientes cada vez de nuestras creencias hace que sea posible comenzar a identificar a nuestras creencias en lugar desde ellas. Un lema indispensable para este proceso de auto-exploración es "No crea todo lo que usted piensa." La mente humana tiende a dar más peso a las pruebas que apoyan lo que ya cree, que a las pruebas que las refutan.

La práctica de estar alerta sobre nuestra asunciones más profundas nos ayuda a salir de este proceso automático y a entrar en lo que se conoce en el Zen como "la mente del principiante". Puede ser desconcertante, incluso aterrador, empezar a darnos cuenta de que algunas de nuestras más profundas convicciones son infundadas. Incluso un mapa mental negativo proporciona un sentido de identidad. Es por eso que el proceso de re-examen se realiza mejor desde un espíritu de profunda compasión por nosotros mismos. Es importante recordar que nuestras creencias sombrías han nacido en las experiencias del dolor y el miedo, y fueron los mejores intentos de mentes jóvenes para dar sentido a un mundo desconcertante. Este tipo de actitud de corazón abierto, hacia uno mismo, no es auto-indulgencia simple; es una condición previa para la capacidad de tener un corazón abierto a los demás. Más información, sobre la apertura del corazón, la próxima vez.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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