Los integrantes de la comunidad LGBTQ enfrentan conflictos similares a los de otros grupos humanos. Sin embargo, difieren de ellos por la peculiaridad y gravedad de algunos problemas atípicos: aquellos que son ajenos a quienes la sociedad considera vagamente como "normales". Estos "problemas atípicos" - de no ser resueltos por los miembros de la comunidad LGBTQ - les traen desdicha y disfunción en sus vidas.


Respecto a esos "problemas atípicos", la tarea de los miembros de la comunidad LGBTQ es simultáneamente simple y compleja.

La simplicidad consiste en que cada individuo debe entender y mejorar su realidad "atípica". Es importante no temer a la diferencia; ni tampoco creer que ésta lo hace peor ni mejor que nadie.

La complejidad consiste en que cada integrante de la comunidad LGBT tiene un problema único y personal que resolver; pero sin olvidar que debe ser parte funcional en el devenir social general de la sociedad donde vive.


"Si presta atención cuidadosa a su entorno, percibirá que aceptar su propia diferencia realmente significa estar a tono con la diversidad de éste. Si desea conscientemente identificarse con ese entorno, contribuya al mejoramiento de éste por medio del suyo propio."
Oliverio Funes Leal

" SI LA NATURALEZA PONE UNA CARGA EN UN HOMBRE HACIÉNDOLO DIFERENTE, TAMBIÉN LE DA UN PODER CON ELLO ”

John Fire Lame Deer líder espiritual Sioux de la Tribu Lakota



TRANSLATE / TRADUCIE

Comunicación no violenta 2: "Matar gente es demasiado superficial"

Las última vez hablé acerca de las ideas básicas de la Comunicación no Violenta (CNV), una forma de interacción desarrollada por el doctor Marshall Rosenberg, que ofrece una alternativa a la competitiva, enjuiciadora, y forma violenta de comunicación en la que la mayoría de nosotros hemos socializado. Esta vez me gustaría hablar sobre cómo CNV aborda la cuestión de expresar la ira.

Rosenberg reconoce que los miembros de grupos oprimidos a menudo se sienten “incómodos cuando escuchan el término de comunicación ‘no violenta’ o ‘compasionada’ porque a menudo se les ha instado a ahogar su rabia, calmarse, y aceptar el statu quo. Se preocupan por los enfoques que ven su ira como una cualidad indeseable que necesita ser purgada.” Él responde que con CNV no se trata de ahogar nada, se trata más bien de expresarnos de una manera más plena y profunda.

En su libro, Comunicación no Violenta: un Lenguaje de la Vida, nos ofrece este sorprendente punto de vista: "Me gustaría sugerir que matar a la gente es demasiado superficial. Asesinar, golpear, culpar, herir a otros, ya sea física o mentalmente, son todas expresiones superficiales de lo que está sucediendo con nosotros cuando estamos enfadados. Si estamos realmente enojados, nos gustaría un modo mucho más eficaz para expresarnos plenamente.”La ira es, argumenta el autor, “resultado de vida alienada, de un pensar provocativo de violencia. En el núcleo de toda ira se encuentra una necesidad que no está siendo satisfecha.” El problema de sucumbir a las tentaciones de la violencia, o la rabia justiciera, es que cuando lo hacemos, desvía nuestra atención de nuestras necesidades no satisfechas y nos enfocamos, en su lugar, en castigar a otras personas por ser “malas”. Es por eso que la forma en que la mayoría de nosotros expresamos ira es superficial: porque desvía nuestra atención lejos de las necesidades y los sentimientos que la provocaron en primer lugar.

Tampoco es la rabia punitiva especialmente eficaz para persuadir a otros a tomar en serio nuestras necesidades, porque “cuando nuestras cabezas están llenas de juicios y análisis que otros son malos, codiciosos, irresponsables, mentirosos, engañadores, contaminantes del medio ambiente, valuadores de ganancias más que de la vida, o comportándose en formas que no deberían, muy pocos de ellos se interesarán en nuestras necesidades. Si queremos proteger el medio ambiente, y nos dirigimos a un director ejecutivo con la actitud, ‘Sabe, usted es realmente un asesino del planeta, no tiene derecho a abusar de la Tierra de esta manera’, hemos dañado gravemente nuestras posibilidades de conseguir que nuestras necesidades sean satisfechas. Es raro el ser humano que pueda mantener su atención en nuestras necesidades, cuando ellas están siendo expresadas con imágenes de lo que está equivocado.”

Entonces, ¿cómo podemos expresar nuestra ira en formas que tengan más probabilidades de ser eficaces? Realmente sólo hay cuatro opciones cuando oímos un mensaje negativo:

  1. Podemos culparnos a nosotros mismos.
  2. Podemos culpar a otros.
  3. Podemos iluminar con la luz de la razón los sentimientos y necesidades propias, y darnos cuenta así de cuales insatisfacciones están escondidas detrás de nuestra ira.
  4. Podemos iluminar con la luz de la razón sobre las necesidades y sentimientos de los otros.

Evidentemente, las dos últimas opciones son las más probables que evoquen comprensión y cooperación. “En lugar de dedicarnos a ‘una justa indignación’, recomiendo conectarnos enfáticamente con nuestras propias necesidades o con las de los demás. Este proceso puede tomar una práctica extendida, repetida una y otra vez, hasta que reemplacemos conscientemente la frase ‘Estoy enojado porque ellos...’ con ‘Estoy enojado porque necesito...”

En la práctica, la expresión no violenta de la ira tiene cuatro componentes. El primer paso es detenerse y no hacer nada, excepto respirar. En lugar de culpar o castigar, nos quedamos tranquilos. Ser no reactivos permite la claridad emocional para la segunda etapa, que consiste en identificar el pensamiento crítico que está provocando nuestra ira. En tercer lugar, a sabiendas de que todos los pensamientos juiciosos son expresiones indirectas de necesidades insatisfechas, internamente identificamos las necesidades y sentimientos detrás de nuestros pensamientos. Sólo entonces abrimos nuestras bocas, y expresamos nuestra rabia; la cual, afortunadamente para entonces, se haya transformado en necesidades y sentimientos relacionados a esas necesidades.

Como la idea central en el enfoque de la ira en la CNV es que toda ira y violencia oculta necesidades no satisfechas, aprender a expresar la ira de manera más eficaz implica estar cada vez más conscientes de nuestros pensamientos habituales de culpar, y de nuestros juicios, etiquetas, e ideas acerca de lo que la gente “debe” hacer y lo que “se merecen.” Una forma de facilitar que cada vez estemos más conscientes es hacer el siguiente ejercicio: escriba una lista de los juicios que hace con más frecuencia al responder a este pie “No me gusta la gente que son...” Después de colectar sus juicios negativos, revise la lista de nuevo y pregúntese “¿Cuando hice ese juicio de una persona, que necesito y no estoy recibiendo?” Practicar este ejercicio nos ayuda a readiestrarnos a pensar en términos de nuestras necesidades no satisfechas en lugar de en términos de enjuiciamientos de otros.

La CNV es una herramienta poderosa para mejorar las relaciones y resolver los conflictos. Su aplicación más importante, sin embargo, puede ser la forma en que nos tratamos a nosotros mismos, porque en la medida en que somos internamente violentos hacia nosotros mismos, estamos incapacitados en cuanto ser compasivos hacia los demás.
 
Cómo la CNV fomenta el conectarnos compasivamente con nosotros mismos, será mi tema la próxima vez.
 
 
Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.

Tom Moon, MFT
Website: tommoon.net