Es verdad que puede haber una curación poderosa al hablar de las injusticias que nos fueron hechas, especialmente si las hemos mantenido en secreto, negado que han pasado, o nos hemos culpados de ellas. Pero si perdemos vista del hecho que el objetivo último de este trabajo es dejar ir y seguir hacia adelante, y si nos atascamos en la victimización, la rabia y la revancha, entonces nos cerramos la posibilidad de encontrar la paz. Eso es porque los pensamientos negativos intensos sobre el pasado tienden a bloquear los sentimientos de contentamiento y satisfacción.
La gran filósofa, Lily Tomlin (en realidad un comediante famoso estadounidense), observó una vez: "La Humanidad inventó el idioma porque tiene la necesidad profunda de quejarse". Los seres humanos estamos hechos de manera tal que nos inclinamos a enfocarnos más en batallar, y en la desdicha, que en la felicidad y la paz. Nuestros cerebros complejos evolucionaron como instrumentos para anticipar y vencer los peligros, para evitar dolor, y para resolver problemas; así que los peligros, el dolor, y los problemas son lo que capturan nuestra atención. Lo que no es problemático, o es agradable y armonioso tiende a escaparse hacia el fondo. Habiendo disfrutado de buena salud la mayor parte de mi vida, por ejemplo, yo lo tomo generalmente como algo normal y sin importancia. Pero hace unos años atrás, me afectó una enfermedad que duró seis semanas. Cuando pasó, y sentí que mi fuerza volvía, experimenté una gratitud intensa. Pero unos pocos días después, la conciencia sobre mi salud retrocedió de nuevo, y una vez más empecé a tomarla como algo normal y sin importancia. La mayor parte de nosotros somos así: pasamos por alto los aspectos no problemáticos de nuestras vidas.
Esto sugiere que si deseamos emociones más positivas en nuestras vidas, como la gratitud, tenemos que cultivarlas deliberadamente. Hace unos años atrás, dos psicólogos, Michael McCullough y Robert Emmons, empezaron una serie de experimentos que ellos llamaron The Research Project on Gratitude and Thanksgiving. El propósito fue ver si centrándose deliberadamente en gratitud mejoraba el bienestar. Los estudios implicaron más de 2.000 sujetos. En un experimento, cientos de personas en tres grupos diferentes mantuvieron agendas diarias. El primer grupo llevó un registro de los acontecimientos que ocurrían durante el día; el segundo registró sus experiencias desagradables; y el tercero hizo una lista diaria de cosas por las cuales ellos estuvieron agradecidos.
Los investigadores estaban asombrados de los enormes efectos que observaron. Los que hicieron los ejercicios diarios de gratitud reportaron niveles más altos de vigilancia, entusiasmo, determinación, optimismo, y energía. McCullough informó "En sólo dos a tres semanas ellos reportaron ser más felices. Las personas cercanas a ellos pudieron ver también la diferencia". Ellos experimentaron menos depresión y estrés, y mejor calidad y duración de sueño. Tenían más probabilidad de ayudar a otros, ejercitaban más regularmente, e hicieron más progresos hacia el cumplimiento de objetivos personales. Estaban más posibilitados de sentirse amados, quizás porque la gratitud favorecía un ciclo positivo de bondad recíproca. Emmons comentó "Si usted desea una estrategia que aumente su felicidad, hay mucho alrededor de usted que lo puede ayudar. Puede tomar productos farmacéuticos como Prozac. Pero la gratitud es algo que no tiene efectos secundarios".
A consecuencia de esto, y proyectos de investigación similares, Psicólogos Positivos, que se centra en aumentar las emociones positivas como la alegría y la felicidad, prescriben a sus clientes practicar la gratitud regularmente. En su libro Authentic Happiness, Martin Seligman, uno de los líderes del movimiento Positive Psychology, recomienda dos ejercicios de gratitud. En el primero, las instrucciones son reservar cinco minutos libres cada noche, preferiblemente al momento de la hora de acostarse. Piense sobre las veinticuatro horas anteriores y anote, en líneas separadas, hasta cinco cosas en su vida de las cuales usted está agradecido. Haga esto a diario por dos semanas, y si lo encuentra útil, integre la práctica en su rutina diaria. En el segundo ejercicio, las instrucciones son escoger a una persona hacia la cual usted siente gratitud. Utilice algún tiempo escribiéndole a esta persona un testimonio de su gratitud, que sea lo suficientemente breve para caber en una página. Plastifique la página, y en una reunión cara a cara con la persona, preséntesela a él, o a ella, y léala en voz alta. Seligman reporta que sus clientes informan grandes beneficios de estas prácticas a menudo.
La religión y la filosofía han aceptado, desde hace mucho tiempo, que la gratitud es un elemento imprescindible de la virtud, y un componente importante para la salud, la integridad y el bienestar. Hoy en día, investigaciones psicológicas confirman esa antigua sabiduría. Nuestro bienestar depende mucho más en nuestra actitud hacia nuestras circunstancias, que en las circunstancias en sí mismas. La felicidad es un trabajo interior.
Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.
Tom Moon, MFT
Website: tommoon.net