Los integrantes de la comunidad LGBTQ enfrentan conflictos similares a los de otros grupos humanos. Sin embargo, difieren de ellos por la peculiaridad y gravedad de algunos problemas atípicos: aquellos que son ajenos a quienes la sociedad considera vagamente como "normales". Estos "problemas atípicos" - de no ser resueltos por los miembros de la comunidad LGBTQ - les traen desdicha y disfunción en sus vidas.


Respecto a esos "problemas atípicos", la tarea de los miembros de la comunidad LGBTQ es simultáneamente simple y compleja.

La simplicidad consiste en que cada individuo debe entender y mejorar su realidad "atípica". Es importante no temer a la diferencia; ni tampoco creer que ésta lo hace peor ni mejor que nadie.

La complejidad consiste en que cada integrante de la comunidad LGBT tiene un problema único y personal que resolver; pero sin olvidar que debe ser parte funcional en el devenir social general de la sociedad donde vive.


"Si presta atención cuidadosa a su entorno, percibirá que aceptar su propia diferencia realmente significa estar a tono con la diversidad de éste. Si desea conscientemente identificarse con ese entorno, contribuya al mejoramiento de éste por medio del suyo propio."
Oliverio Funes Leal

" SI LA NATURALEZA PONE UNA CARGA EN UN HOMBRE HACIÉNDOLO DIFERENTE, TAMBIÉN LE DA UN PODER CON ELLO ”

John Fire Lame Deer líder espiritual Sioux de la Tribu Lakota



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Cuestiones del espíritu V: Una sensibilidad espiritual gay

¿Qué nos hace feliz? No otra pregunta es de más importancia práctica para todos nosotros. En décadas recientes, los investigadores han estudiado la felicidad, o la falta de ella, en más de un millón de personas de cada grupo de edad y en casi todas las culturas en el mundo. Dos psicólogos, David Myers y Ed Diener, recientemente hurgaron a través de esta montaña de datos buscando predicciones consistentes de felicidad, y descubrieron una serie de características compartidas por la gente feliz de todo el mundo.

Se dieron cuenta de que ninguna de las cosas que la mayoría de la gente suele imaginar que es esencial a la felicidad, dinero, juventud, sexo, y poder, estaban, en realidad, muy relacionadas con ella. Pero lo que descubrieron fue que una de las predicciones más consistentes de la felicidad humana era una activa vida espiritual. Su trabajo les llevó a la conclusión de que una vida espiritual ayuda a las personas a superar el aislamiento y la soledad al proporcionar un sentido de comunidad y pertenencia, una sensación de significado y propósito; así como que es una fuente de esperanza que aumenta la resistencia ante la adversidad. Los datos mostraron que las personas con fuerte fe parecen recuperarse más pronto de los efectos del divorcio, del desempleo, de enfermedades graves, y de otros factores estresantes. Un estudio, por ejemplo, encontró que las madres con niños discapacitados reportan más gozo en sus vidas, y son menos vulnerables a la depresión, si tienen una profunda fe religiosa. Otros estudios encontraron que entre las personas de edad avanzada, una vida religiosa activa es uno de las mejores predicciones de satisfacción con la vida. Y así sucesivamente.

Si estas conclusiones son correctas, entonces la homofobia religiosa es un gran crimen social que nos ha hecho un daño incalculable; y es vital, para nuestro bienestar personal y comunal, superar las barreras para una plena participación en la vida religiosa y espiritual de nuestras comunidades. Esa es la razón por la que estamos especialmente alentados por el creciente interés, y participación en la vida espiritual, de parte de la comunidad homosexual.

Para obtener más información acerca de esta tendencia, exploré un número de iglesias y organizaciones espirituales gay, incluyendo Q Spirit, grupos de 12 pasos, Dignity, y la Metropolitan Community Church. Hablé con judíos homosexuales, católicos, protestantes, musulmanes y budistas; y devotos del yoga y de religiones New Age. Una de las preguntas que quería responder es si existe una sensibilidad gay en la vida espiritual, y creo que fui capaz de detectar un "sabor" espiritual distintivo en todos los encuentros espirituales que asistí. Si bien los credos y las prácticas variaban mucho, en todos ellos habían algunas cualidades en común: Hincapié en la experiencia espiritual, más que las creencias espirituales. En cada grupo hubo alta "participación de la audiencia." No vi congregaciones pasivas. En todos los lugares los participantes parecían querer sentirse diferente cuando se iban a cuando arribaban, y sentir su conexión con el espíritu en lugar de limitarse a hablar de ello. Hubo gran interés, por ejemplo, por prácticas en cada tradición que aspira a una conciencia mística directa a lo divino. Por otra parte, no vi límites doctrinales para participar en cualquier organización, ni tampoco un montón de debates acerca de las doctrinas.

Un centrarse en la creación de comunidad. Uno de las mayores atracciones en cada uno de los grupos era un sentimiento de pertenencia a la familia o comunidad gay. Una preocupación común de todos era encontrar la manera de superar el aislamiento y la alienación que tantos homosexuales y lesbianas sienten.

Una filosofía moral enfatizando integridad personal y acción compasiva en lugar de pecado, arrepentimiento y redención. Nunca vi ningún golpe de pecho con el consabido "Soy un pecador". En su lugar, había un fuerte reconocimiento de la necesidad de respeto de sí mismo, y apoyo a la dignidad personal de los gays y las lesbianas. En todos los grupos los gays y las lesbianas participaban en las luchas por la justicia social. Los grupos de maricones que estaban afiliados con iglesias establecidas eran invariablemente una fuerza progresista en esas organizaciones.

Desconfianza de la autoridad espiritual. En todas partes por donde fui había poco énfasis en las jerarquías y las autoridades religiosas tradicionales, y un movimiento hacia un proceso de toma de decisiones más igualitario y democrático. Tradiciones eran criticadas abiertamente, especialmente cuando eran homofóbicas o sexistas, y en cada grupo había un firme compromiso para acabar con las desigualdades por razones de sexo. La desconfianza de la autoridad alentaba nuevas ideas y experimentación, pero también detecté un inconveniente. Muchas de las tradiciones esperan que los devotos lleven a cabo un curso de estudio, o práctica espiritual, disciplinada bajo la orientación de un profesor, y vi mucha sospecha y desconfianza en este ámbito. Esta desconfianza puede proteger a las personas de conductas de culto, pero también puede fomentar espiritualidad y alentar espiritual diletantismo. Pero, en general, fui impresionado con el dinamismo y la energía de la vida espiritual de nuestra comunidad, y alentado de ver la rapidez con que estamos saliendo de siglos de opresión espiritual. De todos los acontecimientos recientes en la evolución de nuestra cultura, no encuentro alguna más sorprendente, o más esperanzadora.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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