Los integrantes de la comunidad LGBTQ enfrentan conflictos similares a los de otros grupos humanos. Sin embargo, difieren de ellos por la peculiaridad y gravedad de algunos problemas atípicos: aquellos que son ajenos a quienes la sociedad considera vagamente como "normales". Estos "problemas atípicos" - de no ser resueltos por los miembros de la comunidad LGBTQ - les traen desdicha y disfunción en sus vidas.


Respecto a esos "problemas atípicos", la tarea de los miembros de la comunidad LGBTQ es simultáneamente simple y compleja.

La simplicidad consiste en que cada individuo debe entender y mejorar su realidad "atípica". Es importante no temer a la diferencia; ni tampoco creer que ésta lo hace peor ni mejor que nadie.

La complejidad consiste en que cada integrante de la comunidad LGBT tiene un problema único y personal que resolver; pero sin olvidar que debe ser parte funcional en el devenir social general de la sociedad donde vive.


"Si presta atención cuidadosa a su entorno, percibirá que aceptar su propia diferencia realmente significa estar a tono con la diversidad de éste. Si desea conscientemente identificarse con ese entorno, contribuya al mejoramiento de éste por medio del suyo propio."
Oliverio Funes Leal

" SI LA NATURALEZA PONE UNA CARGA EN UN HOMBRE HACIÉNDOLO DIFERENTE, TAMBIÉN LE DA UN PODER CON ELLO ”

John Fire Lame Deer líder espiritual Sioux de la Tribu Lakota



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Comunicación no violenta 1

En mi trabajo con parejas (en su mayoría gais masculinos) he notado a menudo que la "cuestión fundamental" resulta ser la forma en que las parejas se comunican acerca de las cuestiones fundamentales. No es raro que, incluso las parejas más amorosas, recurran a un lenguaje duro, hostil, y agresivo cuando surge un conflicto.

Esa es una de las razones por las cuales estoy tan interesado en la labor del psicólogo clínico Marshall Rosenberg, que desarrolló un proceso de comunicación llamado Comunicación No Violenta (CNV). Criado en las calles malas de Detroit, creció rodeado de antisemitismo, racismo y violencia, y temprano en su vida se comprometió a encontrar una mejor manera. Escribió: "Creyendo que está en nuestra naturaleza disfrutar el dar y el recibir en una manera compasionada, he estado preocupado la mayor parte de mi vida con dos preguntas. ¿Qué pasa para desconectarnos de nuestro carácter compasivo, qué conduce a comportarnos violentamente y de una forma ventajista? Y por el otro lado, ¿qué le permite a algunas personas mantenerse conectadas a su carácter compasivo, incluso en las condiciones más difíciles?

Rosenberg cree que ha encontrado algunas respuestas a ambas preguntas. Una respuesta que él ofrece a la primera pregunta es que todos hemos sido socializados en estilos de vida alienantes de comunicación, como por ejemplo hacer juicios moralistas de los demás. Es importante aquí hacer una distinción entre juicios de valores y juicios moralistas. Todos hacemos juicios de valores sobre las cualidades que deseamos en la vida, es posible que valoremos la honestidad, la libertad, o la bondad, por ejemplo. Pero cuando hacemos juicios moralistas, nuestra atención se centra en clasificar, analizar y determinar los niveles de equivocación en otros. Nuestra atención se desvía de lo que nosotros y otros necesitan y se centra, en su lugar, en culpar y atacar. Cuando hacemos esto nos comunicamos en una forma impersonal y defensiva que realmente no revela lo que está pasando dentro de nosotros mismos. Así, por ejemplo, si mi pareja quiere más afecto del que yo le estoy dando, él es "un necesitado y un dependiente". Pero si quiero más cariño del que él me da, entonces él es "indiferente e insensitivo". Cuando me comunico de esta manera, cualquier debate potencialmente productivo de como pudiéramos tener un relación mutuamente beneficiosa se pierde en la distracción de juicios en duelo. Rosenberg cita evidencia que sugiere que hay menos violencia en las culturas donde la gente piensa en términos de las necesidades humanas que en las culturas donde las personas se ponen etiquetas entre sí como "bueno" y "malo", y creen que los "malos" merecen ser castigados.

CNV se centra en tres valores: empatía consigo mismo, honesta expresión de sí mismo, y empatía por los demás. Ofrece un modelo de cuatro pasos para la libre expresión que trae la discusión fuera del ámbito de los prejuicios y la centra de nuevo en la comunicación de necesidades y sentimientos. Este modelo es muy sencillo de entender, pero requiere un compromiso sostenido para aprender a prácticarlo.

Los cuatro pasos son:

  • Formular observaciones no contaminadas de juicios, análisis o acusaciones, de las acciones concretas que están afectando a nuestro bienestar.
  • Describir cómo nos sentimos en respuesta a lo que estamos observando.
  • Identificar las necesidades, vinculadas a estos sentimientos, y evaluar las necesidades que no están siendo (aún)alcanzadas, en vez de evaluar las acciones como "correctas" o "equivocadas".
  • Expresar pedidos claramente, en un lenguaje positivo, en cuanto a la forma en que la otra persona puede enriquecer la vida de uno. Esencial en la comunicación no violenta es que a la otra persona se le deje libre de otorgar o negar la solicitud.

Para dar un ejemplo concreto de este proceso en acción, compararemos estas dos afirmaciones: 1. "Eres un homofóbico de mierda" 2. "Cuando se refiere a mi con ese nombre me siento triste e inseguro. Sé que ambos creemos que todos merecemos vivir en condiciones de seguridad y sentirnos respetados. ¿Estaría dispuesto a discutir sus diferencias conmigo sin usar esa palabra?" ¿Qué afirmación es más probable que se perpetúe, y cual puede ayudar a salvar la división?

La crítica más común de esta forma de comunicación es que es desesperadamente poco realista y no apta para el duro mundo en que vivimos todos en realidad. Muchas personas, cuando son expuestas a ella, temen que su práctica los deje vulnerables y expuestos a los ataques. De hecho, sin embargo, el proceso ha sido probado y práctico en algunos de los ambientes más violentos del planeta. A través de su Centro de Comunicación No Violenta (CCNV), Rosenberg ha puesto en marcha programas de paz en Ruanda, Burundi, Nigeria, Malasia, Indonesia, Sri Lanka, el Medio Oriental, Serbia, Croacia, e Irlanda. CNV también ha demostrado ser eficacaz en las cárceles, escuelas y empresas, así como en la consejería de parejas. El CCNV ha crecido hasta convertirse en una organización internacional sin fines de lucro que brinda capacitación en 30 países. Para aquellos que desean aprender más acerca de CNV, el libro de Rosenberg Comunicación No Violenta: un Idioma de la Vida, es una introducción excelente.

Los seres humanos todos estamos probablemente hechos, hasta cierto punto cuando en conflicto, para volver al tribalismo, para dividir el mundo entre los buenos "nosotros" y los malos, exóticos "otros". Sin embargo, CNV muestra que también tenemos algunas opciones en la materia; que es posible para nosotros prácticar otra forma de hacer frente a los conflictos, en la que la alucinante división entre "nosotros" y "ellos" se disuelve en el entendimiento de que todos somos "nosotros".

La próxima vez: Comunicación No Violenta y la Ira.
 
Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
Website: tommoon.net