Los integrantes de la comunidad LGBTQ enfrentan conflictos similares a los de otros grupos humanos. Sin embargo, difieren de ellos por la peculiaridad y gravedad de algunos problemas atípicos: aquellos que son ajenos a quienes la sociedad considera vagamente como "normales". Estos "problemas atípicos" - de no ser resueltos por los miembros de la comunidad LGBTQ - les traen desdicha y disfunción en sus vidas.


Respecto a esos "problemas atípicos", la tarea de los miembros de la comunidad LGBTQ es simultáneamente simple y compleja.

La simplicidad consiste en que cada individuo debe entender y mejorar su realidad "atípica". Es importante no temer a la diferencia; ni tampoco creer que ésta lo hace peor ni mejor que nadie.

La complejidad consiste en que cada integrante de la comunidad LGBT tiene un problema único y personal que resolver; pero sin olvidar que debe ser parte funcional en el devenir social general de la sociedad donde vive.


"Si presta atención cuidadosa a su entorno, percibirá que aceptar su propia diferencia realmente significa estar a tono con la diversidad de éste. Si desea conscientemente identificarse con ese entorno, contribuya al mejoramiento de éste por medio del suyo propio."
Oliverio Funes Leal

" SI LA NATURALEZA PONE UNA CARGA EN UN HOMBRE HACIÉNDOLO DIFERENTE, TAMBIÉN LE DA UN PODER CON ELLO ”

John Fire Lame Deer líder espiritual Sioux de la Tribu Lakota



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Autocompasión: ¿Más importante que la autoestima?

Hay una nueva tendencia largamente esperada en psicología: la exploración de estados de ánimo positivos en contraposición con el enfoque tradicional centrado en patología. Este año, investigadores de las universidades de Duke y Wake Forest informaron de los resultados de cinco estudios sobre el carácter poco estudiado de la autocompasión, o de la habilidad de tratarnos con amabilidad a nosotros mismos cuando las cosas van mal.

Ellos describen la autocompasión como teniendo tres componentes: 1. "auto bondad", ser gentil y comprensivo hacia uno mismo en lugar de ser autocríticos, 2. "humanidad común", o ver las experiencias negativas de uno como parte normal de la condición humana, y 3. "aceptación consciente" o responder con ecuanimidad consciente en lugar de sobre identificar con pensamientos y sentimientos dolorosos. La investigación midió las reacciones de los participantes al recordar experiencias negativas reales, imaginando acontecimientos negativos, recibiendo retroalimentación crítica de otros, comparando sus autos evaluaciones al hacer una tarea y la de otra persona haciendo la misma tarea, y midiendo las reacciones de los participantes que fueron orientados a tener una actitud de autocompasión. En tres de los experimentos, ellos también compararon las reacciones de personas con diferentes niveles de autocompasión, a los de personas con distintos niveles de autoestima. Esto es lo que encontraron:

  • Personas con mayor autocompasión tenían menos reacciones negativas a eventos reales, recordados o imaginados.
  • Para las personas con autocompasión, su visión de sí mismas depende menos del resultado de los acontecimientos, porque responden de una manera amable y aceptante hacia sí mismas si las cosas iban bien o mal.
  • La autocompasión hace posible que la gente acepte la responsabilidad de una experiencia negativa, pero tienen menos sentimientos malos acerca de ello.
  • La autocompasión parece proteger a las personas mejor que la autoestima. Los sentimientos positivos de autocompasión no parece implicar a la arrogancia, el narcisismo o las ilusiones de auto elevación que caracterizan a muchas personas con alta autoestima.
  • Ser auto compasionado se consideró especialmente valioso para aquellos con baja autoestima. Las personas con baja autoestima que se tratan bien a sí mismas, a pesar de auto evaluaciones desfavorables, les va tan bien, si no mejor, como aquellas con alta autoestima.

Los estudios sugieren que la "autocompasión parece ser más importante que la autoestima, y es, de hecho, responsable de algunos de los efectos positivos de la autoestima," reportó el importante investigador Dr. Mark Leary. Esto puede ser debido a que esta característica "ayuda a la gente a no añadir una capa de auto recriminación sobre cualquier cosa mala que le hay sucedido a ella. Si la gente sólo aprende a sentirse mejor sobre sí misma, pero continúa martillándose cuando falla o comete errores, no podrá hacer frente a sus dificultades de un modo no defensivo".

¿Por qué son importantes estos resultados? El énfasis de América en la competencia, y en el individualismo, ha creado una cultura en la que la mayoría de nosotros somos muy autocríticos e implacable hacia nosotros mismos. La mayoría de nosotros llevamos un "crítico interior" en nuestra mente que puede ser nuestro propio peor enemigo porque actúa como un verdugo que continuamente ataca, castiga, y nos drena de energía. Mi experiencia como terapeuta me ha convencido de que los ataques de la crítica interna causa, o contribuye, a muchos problemas, incluyendo ansiedad y depresión, insatisfacción y desesperación, y adicciones y compulsiones. Los gay pueden ser especialmente vulnerables a adquirir el hábito de auto-criticarse duramente debido a que muchos de nosotros hemos crecido con la convicción de que somos "básicamente malos", un sentido de que, en alguna manera vagamente entendida, estamos fuera de paso y que no somos lo que debemos ser. A menudo noto que, para los gay, el crítico interno habla en el idioma de la homofobia internalizada. Incluso para aquellos de nosotros que hace mucho tiempo hemos llegado a estar en paz con nuestra orientación sexual, por ejemplo, a menudo la voz nos dice que no estamos aptos para amar, o para ser dignos de respeto porque somos menos valiosos que otros. Para los hombres homosexuales no es raro que la crítica los culpe por falta de cualidades "varoniles" tales como valentía, decisión y resolución: "tonto" y "cobarde", son términos muy comunes de auto denigración.

¿Podemos aprender a ser menos autocríticos y mucho más compasivos hacia nosotros mismos? Cada vez hay más pruebas que podamos. Otra tendencia reciente en psicología es la introducción de prácticas del Oriente, sobre todo budista, para el desarrollo de cualidades tales como la calma, la ecuanimidad, la bondad y la compasión. Un número creciente de médicos están descubriendo que muchas de estas prácticas, separadas del contexto religioso en que hubieren surgido, llegan a ser técnicas psicológicas sofisticadas que ayudan a las personas a desarrollar una vida emocional más positiva. Parece ser que la autocrítica dura es sólo un conjunto de hábitos mentales, y que existen métodos eficaces para volver a entrenar la mente con nuevos hábitos.

Cualquier persona interesada en aprender más acerca de estas prácticas podría beneficiarse de la lectura de Radical Acceptance de Tara Brach, Ph.D. La autora es una psicóloga clínica, y una conocida maestra de meditación. Su libro ofrece valiosas herramientas para lo que ella llama "despertar del trance de la indignidad", y para desarrollar actitudes más compasivas hacia uno mismo y hacia los demás. Su trabajo, y el de muchos otros, demuestran que tenemos una psicología nueva y positiva que no sólo se centra en superar problemas, sino que realmente puede ayudar a crear vidas más alegres y abiertas de corazón.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
Website: tommoon.net

Cuestiones del espíritu V: Una sensibilidad espiritual gay

¿Qué nos hace feliz? No otra pregunta es de más importancia práctica para todos nosotros. En décadas recientes, los investigadores han estudiado la felicidad, o la falta de ella, en más de un millón de personas de cada grupo de edad y en casi todas las culturas en el mundo. Dos psicólogos, David Myers y Ed Diener, recientemente hurgaron a través de esta montaña de datos buscando predicciones consistentes de felicidad, y descubrieron una serie de características compartidas por la gente feliz de todo el mundo.

Se dieron cuenta de que ninguna de las cosas que la mayoría de la gente suele imaginar que es esencial a la felicidad, dinero, juventud, sexo, y poder, estaban, en realidad, muy relacionadas con ella. Pero lo que descubrieron fue que una de las predicciones más consistentes de la felicidad humana era una activa vida espiritual. Su trabajo les llevó a la conclusión de que una vida espiritual ayuda a las personas a superar el aislamiento y la soledad al proporcionar un sentido de comunidad y pertenencia, una sensación de significado y propósito; así como que es una fuente de esperanza que aumenta la resistencia ante la adversidad. Los datos mostraron que las personas con fuerte fe parecen recuperarse más pronto de los efectos del divorcio, del desempleo, de enfermedades graves, y de otros factores estresantes. Un estudio, por ejemplo, encontró que las madres con niños discapacitados reportan más gozo en sus vidas, y son menos vulnerables a la depresión, si tienen una profunda fe religiosa. Otros estudios encontraron que entre las personas de edad avanzada, una vida religiosa activa es uno de las mejores predicciones de satisfacción con la vida. Y así sucesivamente.

Si estas conclusiones son correctas, entonces la homofobia religiosa es un gran crimen social que nos ha hecho un daño incalculable; y es vital, para nuestro bienestar personal y comunal, superar las barreras para una plena participación en la vida religiosa y espiritual de nuestras comunidades. Esa es la razón por la que estamos especialmente alentados por el creciente interés, y participación en la vida espiritual, de parte de la comunidad homosexual.

Para obtener más información acerca de esta tendencia, exploré un número de iglesias y organizaciones espirituales gay, incluyendo Q Spirit, grupos de 12 pasos, Dignity, y la Metropolitan Community Church. Hablé con judíos homosexuales, católicos, protestantes, musulmanes y budistas; y devotos del yoga y de religiones New Age. Una de las preguntas que quería responder es si existe una sensibilidad gay en la vida espiritual, y creo que fui capaz de detectar un "sabor" espiritual distintivo en todos los encuentros espirituales que asistí. Si bien los credos y las prácticas variaban mucho, en todos ellos habían algunas cualidades en común: Hincapié en la experiencia espiritual, más que las creencias espirituales. En cada grupo hubo alta "participación de la audiencia." No vi congregaciones pasivas. En todos los lugares los participantes parecían querer sentirse diferente cuando se iban a cuando arribaban, y sentir su conexión con el espíritu en lugar de limitarse a hablar de ello. Hubo gran interés, por ejemplo, por prácticas en cada tradición que aspira a una conciencia mística directa a lo divino. Por otra parte, no vi límites doctrinales para participar en cualquier organización, ni tampoco un montón de debates acerca de las doctrinas.

Un centrarse en la creación de comunidad. Uno de las mayores atracciones en cada uno de los grupos era un sentimiento de pertenencia a la familia o comunidad gay. Una preocupación común de todos era encontrar la manera de superar el aislamiento y la alienación que tantos homosexuales y lesbianas sienten.

Una filosofía moral enfatizando integridad personal y acción compasiva en lugar de pecado, arrepentimiento y redención. Nunca vi ningún golpe de pecho con el consabido "Soy un pecador". En su lugar, había un fuerte reconocimiento de la necesidad de respeto de sí mismo, y apoyo a la dignidad personal de los gays y las lesbianas. En todos los grupos los gays y las lesbianas participaban en las luchas por la justicia social. Los grupos de maricones que estaban afiliados con iglesias establecidas eran invariablemente una fuerza progresista en esas organizaciones.

Desconfianza de la autoridad espiritual. En todas partes por donde fui había poco énfasis en las jerarquías y las autoridades religiosas tradicionales, y un movimiento hacia un proceso de toma de decisiones más igualitario y democrático. Tradiciones eran criticadas abiertamente, especialmente cuando eran homofóbicas o sexistas, y en cada grupo había un firme compromiso para acabar con las desigualdades por razones de sexo. La desconfianza de la autoridad alentaba nuevas ideas y experimentación, pero también detecté un inconveniente. Muchas de las tradiciones esperan que los devotos lleven a cabo un curso de estudio, o práctica espiritual, disciplinada bajo la orientación de un profesor, y vi mucha sospecha y desconfianza en este ámbito. Esta desconfianza puede proteger a las personas de conductas de culto, pero también puede fomentar espiritualidad y alentar espiritual diletantismo. Pero, en general, fui impresionado con el dinamismo y la energía de la vida espiritual de nuestra comunidad, y alentado de ver la rapidez con que estamos saliendo de siglos de opresión espiritual. De todos los acontecimientos recientes en la evolución de nuestra cultura, no encuentro alguna más sorprendente, o más esperanzadora.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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Cuestiones del espíritu IV: Diez funciones espirituales del maricón

Christian de la Huerta es un hombre con una visión. De origen cubano, logró en los EE.UU. todos los adornos del éxito: el amante caliente, el trabajo de salario alto, el apartamento fabuloso, coches deportivos, trajes de Armani. Un día sintió bruscamente el vacío de su vida, y respondiendo a un llamado interior, se alejó de todo ello y comenzó su búsqueda espiritual.

En el transcurso de su jornada, fundó Q-Espírit, una red internacional de gays y lesbianas que participan en una vida espiritual. Q-Spirit patrocina debates y talleres cuyo objetivo es capacitar a los participantes a "salir del armario espiritualmente". También patrocina "tecno-rituales", celebraciones libres de drogas donde hay danza, música, espectáculos en vivo, cantos, introspección e interacción. Estas celebraciones han sido descritas como "fiestas de circuito para el alma".

En su libro, Coming Out Spiritually, Christian comparte algo de lo que ha aprendido acerca de la espiritualidad del maricón. Él cree que el maricón tiene dones espirituales únicos para ofrecer al mundo, y describe estos dones como diez funciones o arquetipos espirituales que tradicionalmente hemos cumplido:

Transformadores catalíticos. Somos muy sensibles a lo que es necesario cambiar en nuestra sociedad. Participamos, desproporcionadamente a nuestras necesidades, en movimientos de cambio.
Forasteros. Espejos de la Sociedad. Como rompedores de barreras, forzamos al mundo a mirar las cosas que no desea enfrentar.
Exploradores de la Conciencia. Ser Primeros y Tomar Riesgos. En modos tanto triviales como profundos, funcionamos como exploradores. Vamos hacia adelante, abrimos senderos. Somos quienes creamos las tendencias en la música, la moda y las artes. Y espiritualmente, en nuestro papel de los chamanes, somos los que tradicionalmente descubrimos, desarrollamos y gestionamos, las fronteras entre lo visto y lo oculto.
Payasos Sagrados y Juventud Eterna. Como James Broughton dijo, "Somos los Peter Pan del mundo, los no represables que creen en la magia, la locura, y el romance.... Eso es parte de lo que significa ser gay: la inocencia de espíritu, la perenne juventud de alma. "Somos el puer eternus, la divina, radiante, eterna juventud; y el tramposo, el espíritu del humor, la sorpresa y la alegría.
Guardianes de la Belleza. Si todos nosotros nos quedáramos en casa durante una semana, la vida cultural de nuestra sociedad podría paralizarse. Donde quiera que estemos en el negocio de hacer belleza, en música, arte y teatro; en el diseño interior y en el gráfico; la moda, el estilo de peinado y el maquillaje. Tal vez ser diferente nos mantiene en ese estado fluido que es necesario para crear arte y belleza.
Cuidadores. Los gays parecen tener grandes reservas de compasión y empatía, que nos hacen naturales para curar y cuidar. Sobresalimos como consejeros, enfermeros, médicos, terapeutas de masaje, asistentes de vuelo, entrenadores personales, servidores de alimentos, maestros, y padres.
Mediadores. Gente en el Medio. En muchas culturas somos vistos como "la gente en el medio", porque parecemos incorporar características de ambos sexos. Hemos sido valorados como mediadores entre los sexos, y también entre el mundo material y el espiritual. En algunas tribus de nativos americanos, por ejemplo, la berdache, o Personas de Dos Espíritus, como eramos llamados, nos consideraban como intermediarios, que podíamos mediar entre el mundo de la carne y el mundo del espíritu, porque encarnábamos los opuestos en nuestro propio ser.
Chamanes y Sacerdotes: Funcionarios Sagrados. A lo largo de la historia, en muchas culturas, los gays han asumido funciones honorables de liderazgo espiritual. Cristianos documentan esta verdad con ejemplos de África, Mesopotamia, Grecia y Roma antiguas, China, la India, la antigua Rusia, los pueblos celtas y polinesios, y de las costumbres indígenas americanas.
La Androginia Divina. Muchos escritores de la vida espiritual, desde Edward Carpenter hasta Carl Jung, han sugerido que el arquetipo de la Androginia Divina, que se eleva por encima de la polarización del papel del sexo uniendo las características masculinas y femeninas, es un objetivo de evolución espiritual. Somos pioneros en la manifestación de este arquetipo.
Guardianes. Entre las tribus Dagar en África, se cree que los gays tienen una mayor "vibración", que nos permite mayor contacto con el reino espiritual. Nuestro propósito en la tierra, a su juicio, es mantener las puertas abiertas al Otro Mundo. Un Dagara, que vino al Occidente para difundir la sabiduría de su pueblo, ha escrito que porque los gays occidentales han sido separados de su verdadero propósito espiritual, nuestra sociedad está sufriendo de desequilibrios y disfunciones, y que no puede curarse a menos que cumplamos con nuestro destino espiritual.

Los cristianos creen que hemos liberado nuestros cuerpos, y que ahora es el momento para nosotros de liberar nuestras almas. "El momento ha llegado para nosotros de recuperar nuestro patrimonio", escribe, "tanto para nosotros como para el bien del mundo en general. El mundo, aunque es posible que no lo sepa, nos necesita desesperadamente para regresar en nuestros roles tradicionales. Desgarrado por las luchas, la violencia y la destrucción ecológica, el mundo necesita nuestra mediación, nuestros dones de transformación ahora más que nunca... Veo una comunidad gay despertando a nuestra potencialidad para transformar el mundo”. ¿Puede haber una visión más inspiradora y noble de nuestro propósito?

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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Cuestiones del espíritu III: Autoridad espiritual

Aaron tiene un dilema. Fue criado como un miembro de una secta religiosa cuyo fundador es venerado por sus seguidores como un profeta y un santo, y cuyas palabras se consideran como la Verdad Absoluta. Aaron creció sintiéndose profundamente conectado a la secta. Tenía un sentido de pertenencia a una comunidad, y se sintió inspirado a vivir una vida mejor siguiendo el ejemplo del fundador. El dilema de Aaron, que es gay, es que este fundador condenaba categóricamente la homosexualidad.

Dos soluciones se presentan de inmediato. La primera es negar su sexualidad. Aaron lo intentó. Mantuvo en secreto la atracción hacia los hombres durante sus primeros veinte años, mientras trataba de rezar y meditar para alejar sus sentimientos. Sin embargo, en su último año de universidad, finalmente tuvo relaciones sexuales con otro hombre, y lo hizo como pato en agua. Ahora, diez años más tarde, todos saben que él es gay, y vive con un compañero desde hace tres años. No más gato encerrado para él.La segunda solución obvia sería la de negar su espiritualidad. Aaron intentó eso también. A lo largo de su rebeldía cuando estaba en los veintes, cuando se fue encontrando así mismo sexualmente, su lema era "¡Mierda con la religión!" El rechazo pudo haber sido un paso necesario en su desarrollo, pero ya no trabajaba para él. Hoy siente la atracción de algo trascendental, anhela un significado más profundo en su vida, y extraña algunos aspectos de la secta que dejó cuando era más joven. Hasta ahora, espiritualmente, ha sido un niño obediente y un adolescente desafiante. Ahora está tratando de encontrar una vida espiritual apropiada para un gay adulto y maduro que se respeta a sí mismo. Lucha con una pregunta que se hacen probablemente así mismos la mayoría de aquellos en nuestra comunidad siguen un camino espiritual: "¿Qué debo hacer para responder a las reclamaciones de una autoridad espiritual?" Como estudiante de budismo, he seguido mucho la vida y la obra del Dalai Lama. Su firme, resistencia no violenta a la opresión china de su pueblo me inspira, y en su enseñanza encuentro valiosa orientación para la realización de mi propia vida. Pero tengo áreas de desacuerdo. Creo, por ejemplo, que su aceptación de la reencarnación, únicamente en la autoridad del Buda, es débil y poco convincente. Peor aún, él representa y apoya una tradición moral tibetana en la cual cada forma de comportamiento homosexual se considera "mala conducta sexual." Lo veo como sabio y heroico de muchas maneras, pero al igual que todos los seres humanos, encarna las limitaciones y defectos de su propia cultura y condición, y como un hombre gay, no puedo sino lamentar su fidelidad a una moral sexual que considero poco realista y perjudicial. No tengo ningún problema sosteniendo estas opiniones diferentes sobre el Dalai Lama, porque me siento libre para verlo como un ser humano (aunque sea uno muy notable). Pero si pensara que yo estaba supuesto creer que él tiene alguna conexión especial a la verdad que nos es negada al resto de nosotros, entonces tendría un dilema similar al de Aaron.
 
Todas las cinco grandes tradiciones espirituales del mundo (así como todas las menores que yo sepa), contienen mucha tontería, mucho que contradice la ciencia, y mucho que ofende, o debería ofender, nuestro sentido moral. ¿Puede cualquier persona razonablemente educada hoy en día dudar de la veracidad de esta declaración? Las cinco tradiciones surgieron cuando la mayoría de las personas eran analfabetas, y no eran ciudadanos, sino "sujetos" de los que se esperaba que obedecieran a las autoridades religiosas, sin dudar. Y estas autoridades religiosas solían estar aliadas, o no se podían distinguir, de los poderes seculares. Su "autoridad" estaba reforzada con pretensiones de la Absoluta, Eterna, e Infalible Verdad. Todas las tradiciones se han vendido más a sí mismas con estas reclamaciones exageradas, y todas han fomentado, en una manera u otra la opresión: la subyugación de la mujer, por ejemplo, y la esclavitud y la homofobia. Evidentemente, las tradiciones religiosas no descienden, perfectamente formadas, desde lo alto. Ellas son creaciones humanas, y asumen las imperfecciones de todas las cosas humanas.

Cualquier persona gay que sienta una atracción espiritual en su interior, y se sienta atraída a investigar una de las tradiciones de búsqueda recibidas, es aconsejable que recuerde esta parte sombría de la religión. Y que se acerque a la búsqueda espiritual como un adulto que puede dilucidar, y no como un niño crédulo. Es crucial que nunca renuncie a nuestro derecho a pensar por nosotros mismos, o permitir que nuestras dudas y escepticismos sean tratados como pecado o deslealtad. Hay un poco de sabiduría en el mundo, y unos pocos seres humanos sabios que la encarnan; aprender de ellos puede elevar y enriquecer nuestras vidas. Pero cualquier "verdad" que no sea congruente con lo que sabemos en nuestras propias mentes, sentimos en nuestros propios corazones, y experimentamos en nuestros propios cuerpos, no es verdad en absoluto. Entregamos nuestra autonomía personal a nuestro propio riesgo. Después de todo, cada uno de nosotros tiene que ser nuestra propia autoridad espiritual final.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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Cuestiones del espíritu II: Sexo y espíritu

Hace un tiempo atrás participé en un proyecto interesante con la Fundación SIDA de San Francisco. Cuando los participantes en su programa Vida Gay fueron encuestados acerca de los temas que querían fuesen abordados en los talleres, uno de los temas mencionados más frecuentemente fue "sexualidad y espiritualidad". Se me pidió que ayudara a facilitar cinco de estos talleres. Fue una experiencia fascinante y gratificante. Los hombres que participaron provenían de muchos orígenes y tradiciones. Hubo católicos, protestantes, judíos, musulmanes, budistas y seguidores del movimiento New Age, así como agnósticos y ateos.

Ninguno de ellos llegó a los grupos preguntando "¿Dios me odia porque soy gay?" Los que habían venido de iglesias fundamentalistas habían superado hacía mucho tiempo y rechazado la homofobia cruda en estas tradiciones. Sin embargo, muchos dijeron que experimentaban una división entre su espiritualidad y su sexualidad. Cuando explorábamos estos sentimientos, comenzó a ser evidente que la cuestión más amplia era la forma en que la civilización occidental ha considerado tradicionalmente a la sexualidad.Todos éramos herederos de la filosofía de la Grecia clásica, en particular de Platón, que imaginó un mundo de espíritu fundamentalmente en contradicción con el mundo de la materia. En su opinión, el espíritu es real, eterno, perfecto e inmutable: la materia es irreal, imperfecta, y no permanente. De alguna manera, el cuerpo se ha convertido en la cárcel del espíritu, y el objetivo de la vida espiritual es liberar a éste de ese encierro. Para ello, por supuesto, tenemos que alejarnos de cualquier delicia sensual del cuerpo. Es por ello que este entendimiento de la espiritualidad siempre tiende hacia el ascetismo y el conflicto con la sexualidad.

Uno de los muchos problemas con el punto de vista platónico es que nos obliga a tratar a todo este mundo material, y a nuestra propia existencia corporal, como algún tipo de error colosal por parte de cualquier Poder que haya creado el mundo, y que nuestra tarea es corregir el error, una opinión que parece un poco arrogante. En cualquier caso, hoy en día, la mayoría de la gente inteligente no cree sostener estos tipos de puntos de vista. Pero estas ideas están profundamente arraigadas en nuestra cultura, son parte del aire que respiramos, y la mayoría de nosotros hemos sido afectados por ellas más de lo que nos damos cuenta. Así, para algunos en los grupos, la idea de que sus cuerpos y su sexualidad pudieran ser vehículos para expresar su espiritualidad, parecía una idea un poco extranjera, aunque sí muy atractiva.

Sin embargo, prácticamente todo el mundo fue capaz de describir experiencias en las que intuitivamente sabía que su sexualidad y su espiritualidad estaban en perfecta alineación, aunque no siempre se podía poner en palabras la manera en que se sabía esto.

Cuando exploramos la cuestión con mayor detalle, la frase que parecía aflorar con más frecuencia en la descripción de esa alineación era "un corazón abierto". Los hombres en los grupos sentían que su sexualidad expresaba su espíritu más plenamente cuando venía a través de un corazón abierto, cuando fluía de una especie de alegre, generosa apertura. Esto, a su juicio, era donde la vida espiritual y la vida sexual armonizaban la una con la otra. Es interesante que un objetivo tradicional de las prácticas espirituales ha sido siempre la de desarrollar las cualidades de corazón abierto, porque las cualidades que definen un corazón abierto fueron consideradas también como las cualidades que hacen una buena vida sexual. Algunas de las cualidades que los hombres mencionaron fueron la fe, no como una creencia en una doctrina particular, sino como una actitud de apertura a la vida; y cualidades interpersonales, tales como confianza, afecto, respeto, generosidad de espíritu, dulzura, bondad, y ser juguetón.

A primera vista, el enfoque sobre el corazón podría parecer una aprobación de la idea convencional de que las relaciones amorosas románticas y las relaciones "vainilla" de sexo son las "más espiritual" tipo de sexualidad, pero a pesar de que había algunos en los grupos que sostenían ese punto de vista, eran siempre una clara minoría. Los hombres gay parecen tener un respeto casi instintivo por las muchas variedades de la expresión sexual. En todos los grupos, participantes compartieron historias de experiencias sexuales de corazón abierto de todo tipo y en todos los contextos, con amantes, amigos y extraños. Lo que parecía importante no era cualquier tipo de situación sexual, sino las cualidades de apertura y presencia que ellas fueran capaces de traer a la experiencia. Mantener un corazón abierto es un reto inmenso para todos, porque incluso las vidas más afortunadas contienen pérdida, traición y decepción, y el corazón se cierra reflexivamente, y más o menos automáticamente, en respuesta al dolor en la vida.

Sin embargo, uno de los propósitos de cualquier espiritualidad que reafirme la vida es mantener el corazón abierto a través de las crisis y las decepciones que nos pasan a todos. Cuando se tiene éxito en esta tarea, entonces, lejos de ser hostil al sexo, la vida espiritual es el amigo de nuestra sexualidad, y alienta su pleno desarrollo. Agradezco a los hombres en estos talleres por ayudarme a entender esto.

Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal.


Tom Moon, MFT
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